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Los Siete Potters.

[Canciones para el capítulo: -Bedroom Hymns, Florence and the Machine. -Black Skinhead, Kayne West, -Arabella, Arctic Monkeys]

Aquella mañana de día sábado me levanté de la cama al medio día sin haber siquiera dormido un poco. Esta era mi primera misión dentro de la Orden y, como buena novata, la ansiedad de estaba comiendo viva. Cuando bajé a la cocina, ya vestida, mamá y Dora conversaban animadamente sobre temas triviales de mujeres mayores, tales como el precio del pan y lo molestoso que era estar hechizando los utensilios de comida para que estos hiciesen la comida, con fragmentos como "los cuchillos deberían ser automaticos, al igual que el fregadero". Rodé los ojos y me senté con Remus, quien leía “El Profeta” del día de hoy. Junto a un seco movimiento de varita y un hechizo no verbal, una taza de humeante té rojo llegó hasta mi lado, los fantasmas de una noche de insomnio me perseguían, y no había nada como  el té para eliminarlos, o morir de sueño en el intento.  Luego de terminar de leer, Lupin bajó el periódico y lo doblo lentamente, lanzándome una de sus miradas serias, aquellas que solo me lanzaba antes de regañarme.

¿He dicho ya que la adivinación es mi talento secreto?

Pegó un lento suspiro antes de hacer sonar los huesos de su cuello, y juntar sus dos manos sobre la mesa.

-       Has sido muy impertinente al hablar con Dumbledore sobre tu ingreso a la Orden.

-       Sabías que ese día iba a llegar, tarde o temprano, yo siempre les dije que quería pertencer a ella.

-       Te decíamos que sí solo para complacerte, cuando eras pequeña eras muy caprichosa con respecto a tus planes.- Le miré con una ceja en alto antes de dedicarle una mirada divertida.

-       Quieras o no, Moody ya me ha dado trabajo para esta parte del rescate de Harry.- Remus enetrecerró los ojos y miró a mi madre, quien nos estaba poniendo atención disimuladamente- Estoy encargada de revisar las casas de seguridad.

Remus asintió vencido, sabía muy bien que esta pequeña conversa la ganaría yo. Luego de comer, los cuatro nos dirigimos a la casa de los Weasley, donde se celebraría la reunión previa a la operación Potter. Como cada vez que iba por alguna reunión a la curiosa casa de los pelirrojos, no me alejaba de mi madre, y siempre mantenía conversa con ella, ya que había cierta persona con la cual no tenía ganas de mantener contacto, por más de que se lo había prometido a Charlotte. Y ahí estaban ellos, ya sentados en la pequeña cocina de los Weasley, manteniendo un silencio incómodo Ron, alto y largirucho; Hermione, con el pelo recogido en una larga trenza; Fred y George, sonriéndo idénticamente; Bil, cubierto de cicatrices y con el pelo largo; el Señor Weasley, cara amable, con un comienzo de calvicie, sus gafas un poco torcidas; Ojoloco, desgastado por las batallas, con una sola pierna, su brillante ojo mágico azul girando en su cuenca; Tonks, cuyo pelo corto estaba de su tono favorito de brillante rosa; Lupin, más canoso, más agotado; Fleur, esbelta y hermosa, con su largo pelo rubio platino; Kingsley, calvo y de anchos hombros; Hagrid, con pelo y barba despeinados, permaneciendo encorvado para evitar golpearse la cabeza con el techo; y Mundungus Fletcher, pequeño, sucio y desaliñado, con su ojos redondos de perro de caza y su pelo enredado. En cuanto la señora Weasley tomó asiento, Moody se levantó y nos miró a todos, tanto como con su ojo mágico como con el sano.

 -Como Dedalus probablemente ya ha dicho, hemos abandonado el Plan A. Pius Thicknesse ha caído, lo que nos presenta un gran problema. Ha convertido en asunto penado con cárcel el conectar la casa de Harry con la Red Flu, colocar aquí un Traslador, o Aparecer dentro o fuera. Todo hecho por bien de su protección, para evitar que Ya-sabes-quien llegue hasta él. Una absoluta estupidez, dado que el encantamiento de su madre ya hace eso. Lo que ha hecho en realidad es evitar que salga de ahí a salvo. Segundo problema: Sigue siendo  menor de edad, lo que significa que todavía pueden Rastrearle -dijo Ojoloco impacientemente-. El encantamiento que detecta la actividad mágica alrededor de un menor de diecisiete años, ¡así es como el Ministerio está al corriente de la magia menor de edad! Si él, o cualqueira a su alrededor, lanza un hechizo para conseguir que salga de ahí, Thicknesse lo sabrá, y también los mortifagos. No podemos esperar a que el detector se rompa, porque en el momento en que cumpla diecisiete perderá toda la protección que su madre le dio. Para abreviar, Pius Thicknesse cree que ha conseguido acorralarle buena y apropiadamente.

Can't Hold us (DM-3T)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora