Al llegar a casa, la encontré completamente vacía, y lo entendía completamente. Remus estaba con Nymphadora, en alguna parte, terminando de celebrar su luna de miel, mamá estaría haciendo alguna cosa relevante y probablemente no iba a llegar hasta la hora de la cena. No había tocado la casa desde vacaciones de Navidad, por lo que estar aquí me traía una sensación de añoranza y vacío que te encargaba. Estaba tan cansada que me lance al sillón, lo más probable era que me quedase dormida ahí mismo, sin embargo en estos momentos no lo encontraba algo relevante. A través de un hechizo convocador, me traje a la instancia una manta, pues a pesar de ser pleno verano, el clima estaba por el suelo, ¡Gracias Dementores! Comencé a acunarme entre el sillón y las almohadas de este cuando un fogonazo me arrebató el intento de dormir. Bestia, como tendía decirle al fénix que aún no tenía nombre apareció, graznando como siempre. Le acaricie la cabeza unos instantes antes de quitarle el trozo de pergamino que traía en el pico. Era una postal por parte de Remus de un lugar denominado "Las Islas Vírgenes", donde me relataba lo bien que lo estaba pasando.
Después de aquel día de la muerte de Dumbledore, Remus había tomado el verdadero pesó de la situación actual, notando que el tiempo con cada uno de sus seres más queridos siempre estaba dependiendo de un hilo, ya sin Dumbledore en el camino, las cosas eran el doble de difíciles tanto como para los magos, la orden, el ministerio y los muggles. Tengo pocos detalles sobre lo sucedido, pero al parecer, tuvo un pequeña charla con mi madre, y este entendió que a Dora -A quien ya no podría llamar Tonks- lo quería por lo que era, y no le importaba para nada que Remus fuese un tanto pobre, más viejo que ella y que fuese hombre lobo, por lo que contrajeron matrimonio y hace un par de días se había realizado la ceremonia, bastante simple y sin mucha gente, y ahora eran la pareja "felizmente casada" que podrías encontrar en tiempos de guerra, durante la ceremonia, conocía a los padres de Dora: Andromeda y Ted; no mentiré sí digo que fue todo perfecto, Andromeda era tía directa de Draco, y el solo hecho de asociar lo me había dejado con el nudo en la garganta por más de tres cuartos de la celebración. Era muy egoísta de mi parte sentir lo celos que sentía en estos momentos, Remus había estado sólo la mayoría de su vida, siempre al margen de la sociedad debido a su condición, y rechazado en casi todos los lugares en donde el intentaba pertenecer. Hasta en las propias manadas de hombres lobo había sido mantenido fuera de las actividades primordiales. Sus años en Hogwarts habían sido diferentes, había conocido a tres personas que eran sus amigos incondicionales, pero gracias a Voldemort, uno había sido asesinado por salvar a su familia, otro llevado a Azkaban y luego asesinado, y el último había resultado ser un traidor quien vendió a sus amigos solo por salvarse. En sus años en el colegio, Remus fue amigo de Lilly -en ese entonces, Evans- y por consiguiente de mi madre. En estas alturas de su vida, antes de conocer a Nymphadora, Remus solo tenía a mi madre y a mi. Remus Lupin por fin era feliz, mientras que yo cada vez me enterraba más y más en un túnel del cual aún no encontraba la salida.
Bestia y yo habíamos creado una relación muy estrecha. Los fénix eran animales absolutamente inteligentes y oportunos. Sabía cuando lo necesitaba y aparecía siempre, podían soportar grandes cargas, y por su forma tan peculiar de entregar sus cargas, era imposible de que los interceptaran.
Los primeros días de Julio, entre mi desahucio y mis días vagando por Europa, siempre iba en mi hombro, dándome esa sensación de no estar tan sola como realmente lo sentía. Me había resistido muchas veces a mandarle un pergamino, o aparecerme en su casa, aunque sea para verle una vez más; estaba casi segura de que el no volvería a Hogwarts este año, y como yo si lo haría, no tenía idea de cuánto tiempo iba a estar sin verle. Pero, sin embargo, mi parte rencorosa me recordaba que el jamás había intentado comunicarse conmigo, así que yo tampoco debía hacerlo.
Abrí los ojos con pereza para encontrarme con mi madre mirándome con los ojos entrecerrados, di tres golpes con la mano derecha en mi tobillo izquierdo, identificandome, ella me sonrió y se sentó a mi lado en el sillón, solté un bufido, no tenía ánimos para nada más que para dormir.
-Cornelius me comento como te fuiste de su casa hace algunos días, creo que jamás me había reído tanto.
Le mire con la peor cara que me fue posible realizar en aquel entonces, y encarne una ceja, aquella situación había sido tan penosa...
-No le encuentro la gracia.
Mamá me miro y comenzó a reír a carcajada limpia, quemando toda la tolerancia que me quedaba, me levanté del sillón y comencé a caminar hasta mi cuarto, mientras ella caminaba tras mío, intentando apaciguar su risa. Me detuve frente a la puerta de madera. La mano donde tenía tomado el picaporte me temblaba ligeramente.
La última vez que había visto mi habitación, había sido para mi cumpleaños. Draco había transformado la Sala de los Menesteres en este lugar, sólo para darme una de las mejores noches de mi vida, aunque en ese entonces no estábamos juntos. Cerré los ojos solo para proyectar sus grandes y frías manos paseándose por mi espalda, sus finos labios trazando besos a lo largo de mi cuello, sus dedos trazando patrones irregulares en mi piel, consumiendo nuestras energías embestida tras embestida.
Nosotros no terminando siendo los típicos clichés que me hubiesen gustado ser, todos esos clichés que se desarrollaban en la literatura universal.
No había ningún perfecto príncipe azul, los dos estábamos tan estampados en errores e imperfecciones que debería ser ilegal.
Tampoco era el la excepción, demostró ser igual que todos.
Ni por mucho que buscase nuestro final feliz, este no llegaba.
"Estar destinados a estar juntos" nosotros siempre fuimos el claro ejemplo de lo que nunca debe juntarse. La perfecta combinación de el bando bueno con el bando contrario, tan perfecta, que dolía.
"El amor lo puede todo" ¿qué hacíamos tan lejos uno del otro entonces?
"El chico malo reformado" Si aquello hubiese sido cierto, el aquella noche hubiese tomado la oferta de Dumbledore, y ahora todo esto sería tan diferente...
"Lo quieres cuando ya no lo tienes" Claro, claro, ¿qué habíamos hecho todos estos años entonces?
Me deje caer de rodillas frente al baúl que había permanecido cerrado mediante un hechizo, desde que yo había salido del tren. De vez en cuando, a mi madre le pica la curiosidad y jamás entiende el significado de "privado". Así qué un buen hechizo logro mantener mis cosas intactas. Saque las túnicas y las fui dejando a un lado en el suelo; las plumas y pergaminos fueron llevados a mi escritorio gracias a un encantamiento levitador, el resto de materiales para opciones que descansaban en el fondo de mi baúl, fueron dejadas en el basurero así como los libros en las estanterías. Cada acción que yo realizaba era inspeccionada sutilmente por mi madre, quien sentada en mi cama, mantenía sus ojos azules fijos en mi. El montoncito de fotos y cartas que recibí durante mi sexto año, fueron depositadas en mi velador con rapidez, no quería verlas siquiera, porque sabía que en su mayoría eran de él.
Finalmente, el último objeto que sustraje de la gran caja de madera encantada, fue la pequeña canica que el me había regalado para mi cumpleaños. Lo que la diferenciaba físicamente de como la recordaba, era su cambio de color. Recuerdo perfectamente que era de un matiz transparente, tan incoloro que cuando la mirabas que podías ver lo que estaba al otro lado. Pero ahora, al contrario estaba gris, como si una capa de polvo la envolviese. Bajo la calculadora de mi madre la soplé, intentando sacarle el polvo de encima, sin embargo obtuve resultados bastante diferentes.
El gris del interior se tiñó de un blanco fuerte y cegador, mientras que desde el interior de la canica, algunas palabras salían de su interior, dejándome con el corazón totalmente desbocado.
-Espero que algún día lo entiendas.
Su ronca, fría y arrogante voz se notaba desesperada, tan así que quedaron suspendidas en el aire hasta que comencé a llorar de nuevo.

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Can't Hold us (DM-3T)
Fanfic*Tercera Temporada* La muerte de Dumbledore fue un factor importante en esta Segunda Guerra Mágica. La inseguridad se cierne sobre la población. El actual Ministro de la Magia ha sido asesinado y Voldemort tiene el Ministerio a su merced, tal y cuál...