XXXVI

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Capítulos finales, 1.

Hoy es el segundo día de Mayo de mil novecientos noventa y ocho, y en estos momentos me muevo incomoda por la cama. Tengo un metálico sabor en mi lengua, como si fuese sangre, pero al comprobarlo un par de veces, me convenzo a mi misma que no me he roto ningún aporte de la boca. Anoche Draco no pudo venir a mi cuarto y no me importó mucho, pero la última vez que experimenté esta sensación de ansiedad y él no estuvo cerca, los resultados fueron los peores.
Según el pequeño reloj que descansa en mi mesa de noche, son las cuatro de la madrugada, entonces me recuerdo, una y otra vez, que no puedo salir de la habitación sin levantar sospechas.
Seamus ha mejorado, la herida en su rostro ha cicatrizado bien gracias a los ungüentos que Draco y yo preparamos hace una semana; su cara ahora sólo está un poco hinchada y amoratada. Lo importante es que no hay riesgo de infección, supongo.
Ya convencida de que el sueño no va a ser mi aliado, me levanto de mi cama, abro la ventana e intento sacar la mano a través de esta, con éxito: una parte de mi brinca de alegría, Draco no ha encantado mi habitación, todavía.
Abro mi baúl y escondo pequeñas dagas- puestas en sus fundas- debajo de mi ropa, no quiero sentirme indefensa, no hoy.

A las cinco y media abro el pasadizo que une mi habitación con la Sala de los Menesteres, caminando por el estrecho lugar, escucho comió a gente al otro lado comienza a despertarse. En un afán por no sentirme inútil, decido ofrecerme a ir a buscar comida a Cabeza de Puerco, y Neville rápidamente me da el visto bueno. En el escondite ya hay cerca de una veintena de alumnos, de séptimo y sexto curso en su mayoría. Aberforth, malhumorado como siempre me saludo escuetamente antes de apuntar a el montón de comida y cervezas de mantequilla que descansan en la mesa más cercana al pasadizo. Le dejo siete monedas de oro, y a través de un hechizo levitador, comienzo a mover las cosas hasta Hogwarts.

La tarde ha caído, y todos mis esfuerzos para encontrar a mi novio han fracasado, simplemente no lo encuentro. La desesperación me llena, y se que es gracias a mi mente malintencionada, pero creo que los Carrows me miran con sonrisas en sus rostros.
Es la hora de la cena, y los que aún podemos, vamos al Gran Salón. James, se sienta a mi lado y comienza a relatarme todo lo que ha hecho este día en clases, explicándome que por fin ha logrado hacer el hechizo levitador, yo le comento las anécdotas que llegan a mi cerebro de nuestro curso en primer año: Hermione lográndolo a la primera y Seamus, bueno, Seamus hizo explotar su pluma. Sonrío, porque son esas pequeñas cosas las que recordaré cuando ya no quede nada.
James ríe, contagiándome a mi también, una idea se prende en mi cerebro y miro al pequeño que juega con su comida.
-James- le llamo, éste me mira- ¿Has visto a Draco hoy?
-Sam- dice él con el ceño fruncido- creo que sus padres lo han retirado hoy.

Mi corazón se congela, y siento como mis pulmones arden, ¿qué? Miro hacia la mesa de las serpientes y me cruzo con la impaciente mirada de Zabini, sigo escaneando la mesa, topándome con Nott levantándose de la mesa. Me levanto de esta también y comienzo a caminar tan rápido como mis pies me lo permiten. Lo llamo cuando estoy a dos metros de él, Theo se voltea a verme y me sonríe tristemente.

-Hola, Sam-
-¿Has visto a Draco?- Diablos, probablemente sueno desesperada, pero la necesidad de saberlo me está carcomiendo.
-La señora Malfoy ha venido por él hace menos de media hora- dice, para luego mover disimuladamente su brazo izquierdo, en el sector en el que debería ir la Marca Tenebrosa. Siento mi corazón apretarse, y mis facciones congelarse. No diablos, no-Me ha dejado esto para ti- dice entrándome un papel doblado por la mitad cuidadosamente. En el momento en el que voy a responder, alguien grita en el Comedor.
-¡Harry Potter se ha filtrado en Gringotts y ha asaltado la bóveda de Bellatrix Lestrenge!

Oh. No. Terry Bott, ¿Qué acabas de hacer?

Los Carrow se levantan de sus puestos en la mesa de los profesores y llegan hasta la mesa de Ravenclaw, toman a Terry frente a la multitud alarmada y conmocionada ante tan importante noticia y le dan la golpiza de su vida. Un grito desgarrador se escapa de mis cuerdas vocales e intento ir a detener eso, se que lo empeorará pero no pueden hacerle eso a Bott. Antes de que pueda dar un paso, dos brazos me rodean por detrás, cruzándose en mi cintura y apegándome a un cuerpo. Lucho, desesperada por ser libre, pero esta persona es más fuerte que yo. Alguien más llega mi lado y me ejerce más presión para que siga quieta en mi lugar. No quiero. Déjenme libre. Debo ayudar a Terry.

Can't Hold us (DM-3T)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora