C A P Í T U L O | 04

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04.- Fiesta Académica

Aristeo Hayes

Todo el mundo tiene un lugar para pensar, su templo o santuario para dejar que su alma y personalidad se desenvuelvan tal cuál son.

Para la mayoría, su habitación es su templo, su lugar sagrado donde solo ahí se atreven a ser quiénes son en su privacidad, sin miedo de que alguien los vea o los juzgue.

Otros, acostumbran a ir a lugares especiales que son importantes para su vida, dónde tienen recuerdos o un sentimiento de empatía y paz que los hace tener ese momento íntimo para reordenar sus ideas.

En mi caso no era muy diferente, sería lógico pensar que algo relacionado con el soccer, era mi lugar especial, pero no, mi lugar especial, por alguna razón, siempre eran unos grupos de rocas que estaban en un parque.

Estaba totalmente al aire libre, era una zona del parque que estaba más solitaria que el resto, y dónde era fácil perderse de noche si no se tenía ni un tipo de iluminación extra.

Pese a ello, siempre venía aquí cuando necesitaba ordenar mis ideas, y este era uno de esos momentos.

La fiesta académica era hoy por la noche, en toda la semana que transcurrió, sufrí de una confusión y momentos de crisis interiores.

Sabía bien que la aparición de Bryant había cambiado algo dentro de mi.
No entendía cómo, era frustrante no saber qué me ocurría.

Pero, el hecho de llegar todos los días a la universidad, y que la única inquietud que tenía era verlo aunque sea una vez, aunque fuera de lejos, era como si al verlo, el día pudiese transcurrir.

Me lo topaba algunas ocasiones, en las que me acercaba a saludar y él como siempre; contestaba sarcásticamente.

Más allá de eso, no dejaba de pensar en la fiesta, porque no estaba seguro si la invitación que le hice a Bryant fue... Una invitación.
Y más importante, tenía una extraña inquietud en si él iría o no.

Además de que, cada vez comprobaba más que Bryant era la materialización de chico malo.

Su vestimenta, sus gestos y su misterio, todo hacían conjunto con lo que descubrí hace dos días.

•••

—¡No olvides estudiar para el examen! —se despidió Cosette, apunto de irse con Elian por la cera, ambos yendo a sus casas, vivían bastante cerca como para no ir juntos.

De mi parte, caminé por el lado contrario, empezaba a ser buena idea eso de conseguir un auto.

Caminé hasta pasar enfrente del estacionamiento de la universidad, cuando de aquellas puertas del edificio que daban con aquel espacio que juntaba tantos autos y demás; salió el moreno de ojos avellana con pupilas de serpiente, cosa que no he podido olvidar de él.

Pensé en cuál podría ser su coche, o si iría a pie.

Pero no, como lo podría esperar, llevaba su casco negro con una franja de color verde limón en un brazo.

La colocó en su cabeza, tapando su rostro, y eventualmente se montó en una motocicleta que tenía el mismo diseño que el casco, era grande e imponente, como él.

Y sin más, salió del estacionamiento, en cuanto la moto tocó la calle libre, su brazo se movió de una forma tan brava, y aceleró por toda la calle para irse.

Volví a sentir esas cosquillas en el estómago.
Cómo era que ver a un chico cubierto de tonos negros, podía verse así de misterioso y atrayente con solo acelerar.

BRYANT ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora