C A P Í T U L O | 41

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41.- "Amigos"

Narrador Omnisciente

Bryant odia el alcohol, la resaca, su vida, las personas, las clases, el día, la noche, el frío, el calor, lo que se mueve y lo que no, también.

Su cabeza dolía demasiado, sentía que en cualquier momento le explotaría, y prefería eso a seguir soportando dicho dolor.

También, se sentía muy idiota, siempre pensó que no valía la pena emborracharse por tristeza. Y contrario a lo que creía, de verdad que no halló otra forma de desahogar ese nudo en la garganta que tenía.

Tronar partes de su cuerpo no funcionó, escuchar música rock no funcionó, incluso romper nueces con sus propias manos (lo cual le dejó algunas heridas), o hacer bocetos muy agresivos de tatuajes que expresaran su impotencia, nada le funcionó por completo. Quizá los tatuajes ayudaron un poco, sin embargo, en ese momento aún notaba como su rodilla subía y bajaba con rapidez por tanto coraje acumulado.

No le quedó de otra, su mente le pidió un descanso y le pidió a gritos que hiciera algo más con tal de poder desahogar todo eso.

Aunque fuese difícil de creer, sí logró sacar parte de su dolor. Siempre había sido así, Bryant se desahogaba solo, él podía llorar y gritar lo que quisiera sabiendo que solo se tenía a él.

La compañía de Aristeo era lo más preciado que había encontrado, y aunque el menor también era su calma y su lugar seguro, para O'Donell, de alguna u otra manera tenía que aprender a lidiar con esto solo, otra vez.

De ninguna manera quería decírselo ahora, porque conocía a su novio, y era casi seguro que él iba a sentirse mal por estar ahí, con el hermano "olvidado" de Bryant, Aris iba a tener mucha angustia de saber el trasfondo de su intercambio y su beca a esa universidad, y eso sería algo que a la larga lo afectaría más, incluso académicamente.

Lo que Bryant menos quería, era hacerlo sentir mal. Pues no era su culpa todo lo que estaba pasando.

En cuanto recordó que no había respondido los mensajes de Aristeo ayer ni hoy cuando despertó, se dedicó a hacer lo propio en el primer tiempo libre que tuvo al llegar a la universidad.

Pensó que las cosas seguirían normales como antes de conocer a Hayes, y seguramente sería así, pues las personas no se le acercaban, aunque notaban que el ex sub-capitán de soccer, ya no estaría haciéndole compañía a O'Donell.

Debido a la herida que se hizo Bryant por accidente la noche de ayer, tuvo que vendar su palma, pues la herida fue un poco más profunda de lo que creyó, y no debía arriesgarse a que se le infectara.
Dolía un poco al tomar el manubrio de su moto, no obstante, se negaría a no usarla.

Ahora mismo, ya había tenido sus primeras clases, un profesor les regaló un descanso antes del tiempo establecido, por lo que tenía más tiempo libre.

Decidió ir a sentarse en la cafetería en cuanto salió, luego de casi quedarse dormido a la mitad de la clase.
En esta, tomó su lugar de siempre, en el más apartado de los demás, en una esquina, estaba cómodo ahí.

No había muchas personas en la cafetería, pues aún estaban en alguna clase, y más considerando que es el primer día de este último año de universidad para algunos, incluyendo a Bryant.

Sobrepensar las situaciones, era algo que a O'Donell le costó mucho superar. El ya no quedarse atascado en algo fue realmente difícil de dejar atrás.
Y contrario a lo que le gustaría, no podía evitar pensar y pensar en lo que sucedía.

Es que, ¿cómo podía pasar de largo el hecho de saber que su hermano ha estado más cerca de él de lo que creía? Y que su novio esté en la misma universidad que él, era difícil de creer y procesar.

BRYANT ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora