C A P Í T U L O | 10

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10.- "Rey del Océano"

Aristeo Hayes

El menú de Foreign es bastante variado a decir verdad.

La hora en la que debía verme con Ionel estaba cerca, llegar temprano era algo que me gustaba bastante, y me gustaba llegar más temprano de la hora puesta, no por querer verme muy "ejemplar", o parecido.

Todo era porque, si se trataba de su restaurante o cualquier local de consumo de comida o bebida, necesitaba tiempo para decidir qué debía ordenar, ya que, cuando alguien estaba presente era más difícil, sentía la presión de la persona ordenandome con la mirada que ya me decidiera por algo.

Y como podía ver, yo no era la persona más decidida del mundo, necesitaba bastante tiempo.

Había perdido la cantidad de veces que llamé a Elian este día después de clases, a cada minuto estaba yo, preguntando en si Hackett no se había acercado a él o similar.

No había asimilado la gravedad del asunto hasta después... Y ahora me arrepentía bastante de no haber hecho algo al respecto con ese chico.

Mi intuición no era buena, y la única persona que al parecer veía de manera más seria a Hackett cuando lo topabamos por algún pasillo... Era Bryant.
Él era el único que tenía ese sentido de saber qué cosas malas pueden ocurrir, y yo necesitaba aprender a confiar en ese sexto sentido, en su intuición misteriosa.

Aunque, debimos saberlo antes, Hackett siempre estuvo detrás de Elian.

Suspiré pesadamente, necesitaba consejos urgentes de personas que habían pasado por algo como el acoso o incluso un intento de abuso, sabía lo que tenía qué hacer, porque claro que no quería que Hackett estuviera por ahí siguiendo y sometiendo personas.

Necesitaba a esas dos personas que no se callarían cuando de acoso se trata, por experiencias propias.

Lamentablemente, necesitaba a mis hermanas.

Negué varias veces, Elian estaba bien, ya después me preocuparía por esto.

Seguí viendo el menú, hasta que finalmente pedí algo que siempre pedía, que era comida alemana, tenía en claro que tal vez nunca me iba a cansar de eso. Y lo había pedido desde antes, puesto que muchas veces ese tipo de comida es bastante tardado.

Eventualmente pensé en qué iba a tomar.
Y después de estar eligiendo y pidiendo, a mi mente llegó aquella bebida azul del motel que fue testigo de algo que yo jamás esperé que sucedería.

Fue en días pasados, que me dediqué a investigar sobre aquella misteriosa botella que me había puesto más... Atrevido, vaya.

Y luego de varios minutos de búsqueda, había encontrado que lo que estaba en esa nevera, era un afrodisíaco.
No pude contar el grado de vergüenza que había sentido al descubrir que tomé algo que despertó mi deseo sexual.

Luego me pregunté, ¿Hubiera sentido lo mismo sin el afrodisíaco?

O quizá sin eso, Bryant podría haberme hecho sentir así de bi...

—¿Todo bien en el paraíso?

Elevé mi cabeza, Ionel apareció enfrente de mi, con su mismo estilo informal como lo era una camisa blanca y pantalones negros. Tomó asiento en el lugar de enfrente, y el menú fue a sus manos.

La cabellera negra de Ionel estaba amarrada en una pequeña coleta hacia atrás, aunque no fuera una coleta tan larga, ya que su cabello le llegaba hasta el cuello, y un solo mechón delgado se había colado en su frente.

BRYANT ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora