C A P Í T U L O | 51

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51.- "Noche Uno"

Narrador Omnisciente

Bryant salió del elevador con una bolsa en su mano, una bolsa en la que cargaba un poco de comida ya preparada.

Había devuelto la camioneta a la empresa, entregó el informe, tomó su moto y salió a comprar comida que esté recién hecha, volvió a su edificio con un poco más de prisa.

Aún no lo creía, pero de verdad había sucedido, de verdad había visto a Aristeo otra vez, y en estos momentos, ese chico estaba en su departamento.

¿Cómo podían suceder tantas cosas en menos de un día?

Dio una respiración tantito acelerada, porque se trataba de Aristeo, lo había visto después de un poco más de un año, después de creer que no volvería a saber nada de aquel chico con ese tierno complejo de koala, tenía tantas ganas de saber cómo le ha ido, qué ha hecho, que le contara todo sobre la otra ciudad tal y como Hayes siempre le dijo que lo haría.

Entró a su departamento después de pensar cómo lo saludaría. Jamás se había sentido así de nervioso ante alguien, la última vez que se sintió de esta forma, fue cuando descubrió que Aristeo, el chico de sonrisa bonita y del equipo de soccer que le gustaba; lo había estado siguiendo por la universidad varios días.

Al momento de entrar, la cama no se veía por el pasillo pese a ser un departamento que no tenía muros a excepción de la división del baño. Este tipo de departamentos lo usaban más las personas que solían vivir con alguien más o vivían solos, pero no tenían muchas visitas.

Caminó hasta que se adentró por completo al departamento, y lo que llamó su completa atención atacó otra vez su pecho.

Aristeo estaba completamente dormido en su cama, sobre las sábanas, abrazando una almohada. Su equipaje se encontraba junto en una esquina del departamento.

Bryant dejó la comida sobre la mesa de barra, evitó hacer todo tipo de ruido fuerte, seguramente Hayes estaba muy cansado. Tomó lugar en el sofá, no tenía nada qué hacer hoy, la universidad no tendría clases hoy, el estudio no abría este día de la semana, y en la empresa ya había terminado su trabajo.

Hizo lo que más le gustaba, leer, iba a esperar a que el chico sobre su cama pudiera despertar.
La lectura no le fue del todo tranquila, porque tenía muchas ganas de hablar con Aristeo, Bry nunca lo mencionaba a nadie, pero tampoco significaba que ya lo había olvidado.

La ruptura con Aris había llegado a afectarle, con el tiempo supo sobrellevar eso y seguir con su vida, sin embargo, ¿quién dijo que ya no tomaba en cuenta la existencia de Hayes?

No había día que no deseara que Aris estuviera bien, que con alguien más o no, él fuera feliz y simplemente tuviera una buena vida.
Para Bryant, Aristeo no fue solo una relación más, fue un vínculo del alma con el único chico que llegó a hacerlo sentir vivo en su momento.

Sería mentir si los demás creyeran que no estuvieron con otras personas en la parte sexual. Bryant y Aristeo eran humanos con necesidades, y llegaron a cumplirlas una que otra vez. Pero en lo emocional... na, pese a los últimos malos ratos como pareja, nadie se comparaba con él, ni física ni personalmente.

Así que no, Bryant nunca olvidó a Aristeo, solo lo esperó.

Esa espera se había terminado, ahora la cosa es, ¿qué seguía? ¿qué pasaría ahora que Aris estaba aquí? Porque convivir en su departamento varios días juntos, no haría más que provocar en Bryant un deseo de volver a hacer las cosas bien.

Como ya lo sabían, sus mentalidades habían cambiado en algunas cosas, su ruptura fue un aprendizaje, por lo que ninguno de los dos sabía con certeza si el otro pensaba igual o no.

BRYANT ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora