BRYANT ©

C A P Í T U L O | 31

31.- "Decisiones"

Narrador Omnisciente

—¿Seguro que quieres ir?

—No quiero faltar demasiado, además, así puedo distraerme —respondió con una sonrisa.

Bryant subió el cierre de su pantalón después de pararse de la cama.

—Entonces haremos lo mismo, voy a dejarte cerca de la escuela y voy a entrar al estacionamiento primero.

Aristeo dudó un poco, ¿hasta cuándo seguirían ocultando su relación en la universidad? Él sabía que si dependiera de Bryant, esa relación la conocerían incluso los guardias de la entrada.

—Bien —asintió con sus labios aplastados, guardando sus cosas en su mochila—, vamos.

Después de cuatro días desde aquella situación, Aristeo creía que ya era hora de seguir, poco a poco podría olvidarse de ello, o al menos superar lo horrible que se sintió, y su primer paso era ir a estudiar. Había intentado trabajar un poco en la computadora estos días, por fortuna logró terminar uno de sus trabajos, y en su cuenta bancaria ya había un poco más de dinero.

Además, estaba emocionado por el siguiente pequeño viaje que haría con su novio, un lugar fuera de la ciudad, justo lo que necesitaba, no ver la ciudad unos días.

Dejaron el departamento perfectamente ordenado y cerrado, y juntos se fueron directo a la universidad en la moto de O'Donell, no sin antes pasar al banco para sacar dinero en efectivo, tenían qué estar listos para cualquier gasto.

Llegaron a su destino, Aristeo bajó de la moto en un lugar donde no muchos pudieran verlo, Bryant manejó su moto hasta el estacionamiento, en ese corto camino a pie, Aristeo se dio cuenta que esto sería difícil. Pues cuando se cruzaba con alguna que otra persona que conocía y querían saludarlo; él se alejaba si intentaban tocarlo. Era como un instinto que él normalmente no tenía, al contrario, a Hayes le gustaba mucho el contacto físico.

Aceleró el paso hasta el estacionamiento, y se dio entrada sin ver si Bryant ya había pasado al interior del edificio o aún no, él simplemente caminó, no quería que lo tocaran, de pronto las miradas que daban con él, lo hacían creer que esas personas sabían lo que le pasó.

Su mente jugó con él por su miedo, todos parecían una amenaza de daño o burla hacia él, y no le gustaba, se abrazaba a si mismo mientras corría a su primer clase, o la que él recordaba que era la primera.

Cuando llegó al salón, agradeció que no hubiera nadie, tomó lugar hasta la esquina, lo que menos quería era estar rodeado.

Esto iba a ser más difícil, porque de su miedo ni siquiera se dio cuenta que entre esas personas que quisieron saludarlo en el pasillo; dos eran sus amigos.

Bueno, esto no iba a ser para siempre, ¿verdad? Él quería creer que pronto iba a poder ser igual de tranquilo a la hora de caminar solo, quería creer que llevar ropa grande para no sentirse amenazado con que alguien querría tocarlo, sería solo un tiempo.

Pero al menos hoy, no podía estar sin aquella protección que solo Bryant le había dado, o quizá lo intentaría, solo para que el mayor no sintiera que debía cuidarlo todo el tiempo.

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Las primeras clases no fueron fáciles, Hayes tuvo una gran necesidad por querer alejarse de muchos, quería buscar a Bryant a alguna de sus clases, pero cuando recordaba que no debía molestarlo y que nadie debía saber lo que había entre ellos, entonces se resignaba.