C A P Í T U L O | 53

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53.- "Noche Tres"

Narrador Omnisciente

Aristeo estaba a punto de subir al vehículo que hace mucho no veía; la moto de Bryant.

Ya había amanecido, Hayes y O'Donell estaban algo distintos desde que despertaron sabiendo que hoy pasarían todo el día juntos.
No les molestaba, les causaba una hermosa nostalgia que no sabían expresarse mutuamente.

Hayes se sintió recordado cuando Bryant le dio el casco que siempre usó, el que había comprado específicamente para él. En este punto, todas esas dudas de si aún lo consideraba importante; comenzaban a despejarse y a dar entrada a la seguridad de que aún había algo más que no se limitaba a una amistad.

—¿No vas a subir? —preguntó Bryant, el cuál esperaba a que el menor estuviera arriba de la moto para poder arrancar.

Lo aceptaba, Aris no recordaba lo bien que se veía Bryant con casco y en moto. Qué buena vista, en verdad.

—¿Prometes no hacer carreras con otros motociclistas en semáforos?

—No.

—Ah, bueno.

«Nunca cambias, O'Donell».

Subió sacando unas pequeñas risas después de colocarse bien su casco. Hacía mucho que no estaba aquí arriba, casi olvidaba cómo colocarse en la posición correcta y como abrir su pierna para poder quedar en medio... se sigue hablando de la moto aún.

Ambos estaban listos para pasar un día juntos, pero Bryant estaba más nervioso, quería que todo saliera bien, aunque nunca tuvo éxito en todas las citas que tuvo con Hayes, y eso las hacía mejores, porque por más perfeccionista que fuera, cuando ocurría algo espontáneo; lo disfrutaban más. Esa era una verdadera cita, en la que no tenían todo detallado, en la que las cosas pasaban sin esperar y se llevaban anécdotas lindas y divertidas.

Hacía tiempo que no estaba tan cerca de Bryant, tanto que sintió un gran agradecimiento por poder aspirar el aroma de O'Donell, él siempre tuvo un aroma tan bueno, demasiado varonil, un olor que más de alguna vez provocó que terminaran haciendo otras cosas que involucraban no tener ropa.

De solo recordar eso, se avergonzó por dentro.

«Gobiernate, Aristeo, no pienses así de tu ex novio».

No importaba su situación, ellos seguían entendiéndose perfectamente. Tenían un pequeño código en el que al no poder escucharse demasiado mientras la moto estaba encendida o andando, Bryant solo giraba su cabeza un poco a un lado, lo cual significaba "¿Estás listo?". Y en repuesta, Aristeo le daba un golpecito al casco en el lado derecho si en verdad lo estaba, y si no, daba ese golpecito en el lado izquierdo.

En este caso, dio el golpe derecho, Bryant lo tomó como la debida afirmación de que ya podía arrancar.

Con solo recordar que hoy estaba en una cita con el alemán, el estómago le daba cosquillas.
¿Por qué se sentía así de emocionado y a la vez así de tranquilo? Era un sentimiento extraño; estaba ansioso por lo que parecía ser una cita con Bryant, y al mismo tiempo, estaba tranquilo porque era una cita con Bryant.

Y una cita con este chico, no era menos que pasarla bien y convivir con la paz de que todo estará bien, que no necesitaba preocuparse por cómo se ve, que no debía inquietarse en si este chico le hará algo malo o similar.

••.•'¯'•.•• - ••.•'¯'•.••

Para Aris, fue una caricia a sus recuerdos el volver a caminar por los pasillos de la universidad, se había dado cuenta que ya saludaba a universitarios, ahora saludaba a profesores que lo recordaban como un excelente alumno.

BRYANT ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora