C A P Í T U L O | 52

1.3K 128 98
                                    

52.- "Noche Dos"

Narrador Omnisciente

Aris acababa de despertar, había dormido muy bien esta noche, tanto que al abrir los ojos ya no le costó tanto.

Por si fuera poco, la vista que tuvo al despertar no era ni un poco mala.
Se trataba de un chico alto que estaba colocándose su camisa en la sala del departamento, por un momento pudo ver su torso desnudo, ese que estaba repleto de tatuajes y se mantenía atlético.

Bryant se había puesto ropa deportiva, se notaba que era muy temprano, mucho más de lo que solían despertar para ir a la universidad.

¿A dónde irá? Quizá a algún gimnasio.
Donde sea que se dirija, se veía muy guapo, como siempre.

—¿Te desperté? —indagó Bryant, volteando a ver a Aris discretamente.

«¿Cómo se da cuenta que ya estoy despierto?».

Negó la información, y se mantuvo muy discreto en cuanto a ver como esa camisa se ajustaba perfecta y exactamente al torso de Bryant.
Y hablando de deporte, Aris debería considerar volver a buscar un equipo de soccer, hace tiempo que tenía ganas de volver a jugar y tener más cosas que hacer durante el día.

—En la cocina hay comida preparada, o puedes hacer algo más si quieres. Solo ten cuidado con el fuego.

—Estar a escasos milímetros de haber incendiado tu departamento, no es motivo para decirme que tenga cuidado —bromeó, aunque sí estuvo cerca de provocar un incendio una vez que se dignó a cocinarle algo a Bryant en su momento.

—Permíteme recordarte que fue mi cocina la que casi se muere en cenizas —añadió, atando los cordones de sus tennis para poder salir.

—¡Quería hacer un pastel! —sonrió, muy digno de si mismo.

—Y no tuvimos pastel, ni tampoco electricidad en la cocina durante un tiempo —finalizó, buscando animado esa sonrisa de Aris, terminó de atar sus cordones y lo único que llevó consigo fue un par de audífonos inalámbricos y un reloj inteligente, hacía mucho que Bryant quería uno y por fin pudo comprarselo.

Era muy raro ver a O'Donell sin cadenas en su cuello, anillos y pulseras negras o relojes análogos. Eso ocurría solo cuando salía a correr o al gimnasio.

—Voy a regresar en poco más de una hora, si necesitas algo, tómalo. Hay agua caliente en la ducha, comida y cepillos de dientes nuevos debajo del lavamanos.

Hayes asintió, se sentía bonito ver que Bry tenía todo bajo control en su departamento, hace tiempo que Aris quería sentir eso, que estaba bien en un sitio y todo seguiría así.

—Gracias... ah, que tengas buen día.

Bastaron menos de siete palabras para que el día de Bryant tuviera un giro tan significativo y bueno.

Todos los días salía diciéndose eso a si mismo, y era increíble como solo fue suficiente para ver a Aris amanecer en su cama y desearle un buen día, para que él mismo se convenciera de que todo estaría bien el día de hoy.

Para Bryant, hoy nada podía salir mal, por la sencilla razón de que un Aristeo le sonrió y le dijo "que tengas un buen día".
Cuando salió de su departamento se preguntó, ¿estoy dispuesto a dejarlo ir y perderme de esto todos los días?... La respuesta es no, Bryant no pensaba que pasara otro día sin que tuviera algo así.

Quizá el mayor error o la mejor decisión de Aristeo fue decidir caminar fuera del aeropuerto, porque así fue como Bryant también decidió conducir hasta allá, y debido a eso, ahora Bryant no deseaba cargar con el remordimiento de que no pudo hacer algo para que este chico y él arreglaran todo.

BRYANT ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora