36.- "Aquel Día"
Aristeo Hayes
¿Cuánto había pasado? ¿Un año?
Tal vez 11 meses. Sí, eso es.
El invierno se había ido, había pasado mi primera navidad y año nuevo con otras personas, que eran Bryant y sus padres, además de estar con mis amigos.
Volvían a ser vacaciones, no olvidaba que dentro de un mes tendríamos nuestro primer aniversario ya que habían adelantado ese mes sin escuela.
Todo ese tiempo había pasado desde aquel día en que Bryant y yo formalizamos nuestra relación en aquel túnel de arbustos.
Y debo decir, que se había convertido en la mejor cosa que me pudo pasar.Las cosas habían cambiado un poco, últimamente no podíamos vernos mucho, pues ambos estábamos demasiado ocupados.
Mis visitas al psicólogo de la escuela habían sido menos recurrentes, y aunque haya pasado tanto tiempo, poco a poco recuperé la confianza en salir y volver a ser abrazo, o a abrazar a las personas como me gustaba.
O'Donell alguna vez me había dicho que yo era como un koala, porque una de mis cosas favoritas era ir y aferrarme a las personas, en especial a él, de lo cual no niego nada.
Había sido un largo proceso el que tuve que pasar para superar muchas cosas, y sanar traumas o controlar mi mente en diversas ocasiones era algo con lo cual me empezaba a familiarizar.
Lo recuerdo bien, desde que tenía memoria, tuve que superar la perdida de la única persona de mi familia que me hubiera ayudado en todo momento.
Después, tener que entender que no era mi culpa que mi madre y mis hermanas hayan tenido que trabajar de más para poder salir adelante.
Seguido del miedo que tenía con practicar soccer por mi cuenta.
Posteriormente, tuve que tener una lucha conmigo para entender si era bueno o malo que me gustara un chico, lo cual trajo el tener que afrontar la realidad de que la familia puede ser la que más sabe herir.
Y por último, lo que pasó en ese callejón, seguía dándome escalofríos, sin embargo, en este medio año, había tenido el apoyo del chico que jamás me había dejado atrás, él que podía abrazarme y mis problemas se hacían más pequeños, así como también había contado con el apoyo de mis amigos.
Por fortuna, también había logrado recuperar la confianza en quitarme la ropa enfrente de Bryant.
La noche en la que después de tiempo, volvimos a acostarnos, fue tal vez una de las noches en las que recibí su más puro cuidado y cariño.
Había tenido miedo, sí, pero al poco tiempo, me había dado cuenta que esas manos que me habían acariciado por todas partes, eran las manos de una persona que jamás me lastimaría, y que me había demostrado ser la mejor persona que había conocido.
Me era raro y las extrañaba, pero nunca tuve que volver a ver a mi madre y a Faith, lo cual también me afectaba un poco, las quería ver de nuevo, sin embargo, no lo deseaba mucho si ellas iban a romper todo el proceso que he tenido para "perdonarlas".
Del lado de mis amigos, solo Cosette y yo teníamos pareja, ella se veía muy feliz con su novio, pareciera que había encontrado a alguien que entendía su forma de ser y que le hacía buena compañía.
Elian... bueno, no sabía exactamente cómo iba su situación, lo único que sabía, era que había pasado estos meses ignorando a Ionel de una forma que nunca creí ver.
Lamentable o afortunadamente, el universo les seguía gritando que debían verse, por lo que, un proyecto juntos los obligó a verse, solo que, no pareciera que haya sucedido algo más.
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BRYANT ©
Teen FictionBryant O'Donell es abiertamente gay, es uno de los ejemplares más callados, misteriosos, imponentes. Eso no quita el hecho de sentirse tranquilo ante ello, y no tiene ninguna molestia consigo mismo. Quien sí tiene un problema con aquella orientación...