C A P Í T U L O | 49

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49.- "Cambios"

Narrador Omnisciente

En los pasillos de esta universidad ya no había rastro de la generación anterior, todas las personas de último año habían salido de universidad, a algunos costándole más que a otros.

Las clases de hoy iban a comenzar, y en el pasillo solo estaba un alumno de la generación anterior. Este hombre no cambiaba su estilo, se sentía cómodo con sus prendas negras, aún cargaba su mochila de Ac/Dc, había un poco más de tatuajes en su cuerpo, y definitivamente no venía a estudiar.

Por fortuna, Bryant ya no tenía que preocuparse por una calificación, por un horario de clases para él, ni nada de eso.

El alemán entró a un salón en específico, en el cual ya lo esperaban sus alumnos. Todos eran jóvenes, de tan solo primer semestre de universidad, estaba lidiando con personas de 17 o 18 años.

Los alumnos lo saludaron de manera informal, pues desde el inicio de clases hace meses, Bryant avisó que no debían tratarlo tan formal, no era lo suyo.

Claro que convertirse en profesor para conseguir práctica y experiencia laboral; puso a prueba su habilidad para socializar, y aunque costó en un inicio, Bryant ya tenía más facilidad para la vida social, pero no completamente.

Este año y medio fue extraño, con muchos altibajos, con muchos cambios en su vida, en todo este tiempo se había percatado de que en efecto, no murió por desamor, ni tampoco por las inquietudes de su vida, la vida siguió su curso, nunca se detuvo, y Bry aprendió a vivir el momento, no el recuerdo.

Así que, se podría decir que estaba bien.

—Revisaré sus trabajos físicos y de computadora, tienen veinte minutos para terminar lo que sea que necesiten antes de que lo vea. No habrá orden para que pasen a entregar sus trabajos —preguntó el castaño, asegurándose de que su computadora se encendiera correctamente.

La voz imponente y atractiva de O'Donell sí lograba causar un efecto hormonal en sus alumnos. Se retiró su chaqueta por el calor de esta época del año, no debió haberla traído.

Las asignaturas que impartía en la universidad solo eran dos, daba clases de dibujo mecánico a estudiantes de primer semestre e ingeniería térmica a alumnos de quinto semestre.

—Profesor O'Donell —una chica levantó su mano, haciendo que Bryant la mirara, y esa sola mirada podía poner nerviosa a toda la clase, por más exagerado que parezca, así es—, ¿tiene algo qué hacer después de dar clases?

«Estos adolescentes de ahora ya no conocen el pudor, qué bárbaros».

—Trabajar, y volver a trabajar —respondió cruzando sus brazos y poniéndose cómodo sobre la silla de profesor.

—¿Tiene otro empleo, sobre qué? —siguió la misma chica con un tono algo coqueto.

—¿Por qué no la he visto sacar su trabajo de la mochila?

La chica hizo una mueca y se concentró el no suyo, compartiendo algunas risitas con sus amigos.
Esa era la única forma de que los alumnos no indagaran sobre su vida, a Bryant no le interesaba coquetear con personas así de menores que él, y tampoco tenía la necesidad de hacerlo ahora. Había vuelto a una vida de soltería y soledad en la que se encontraba cómodo.

Es decir, había logrado tantas cosas en tan poco tiempo, con solo 25 años contaba con nada más y nada menos que 3 trabajos.
Si de algo estaba seguro, era que en la vida, la oportunidad de trabajar en un buen lugar de un estudiante recién graduado de la universidad, podía ser mayor si se tenían contactos especiales. Bryant los tenía, siempre supo llevarse bien con los profesores y personas que pudieran ayudarle a entrar en una empresa adicional a sus propias entrevistas de trabajo.

BRYANT ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora