T1:E15: ¿ Q U E P A S A ?

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H A R R Y

—Y es increíble Zara. Es la mejor chica que he conocido —no sabía cuánto tiempo había pasado desde que comencé a hablar de Sydney, pero por la expresión de Zara ya había pasado bastante tiempo.

—¿Te gusta mucho verdad, Ed? —pregunta sonriente.

—Pues... —curveo mi labio tratando de encontrar las palabras correctas a su pregunta —sí —digo.

—¿Sabes Harry?, en este mundo hay pocas personas que nos van a querer tal y como somos, y es increíble que ella sea una de esas personas. Tu enfermedad es algo muy difícil y algo muy serio —siento como mi sonrisa se borra al escuchar sus palabras. Lo había olvidado por completo.

—Ah sí... eso—digo cabizbajo.

—¿Cómo reaccionó cuando se lo dijiste?

—Pues, la verdad es que —me levanto de mi asiento tratando de disimular. —No se lo he dicho.

—Harry... —Zara dice con voz reprochante.

—No quiero decirle, Zara. No puedo y no quiero —vuelvo a sentarme sosteniendo mi cabeza con las manos, tratando de calmar mi frustración.

—Harry tu enfermedad, es algo que es parte de ti, de quién eres —Zara sujeta mi mano.

—Es que no quiero que se vaya, no aún —siento mis ojos cristalizarse.

—Si ella es para ti... Aunque todo el mundo se interponga, no se irá—sonrío para después lanzarme a los brazos de Zara, ella me sostiene fuerte como lo ha hecho desde que tengo memoria.

—¿Qué pasa si se va? —trato de que mi vos no se quiebre pero fallo en el intento.

—Ya habrá alguien que se quede hasta el final.

S Y D N E Y

Los días de febrero estaban a punto de terminarse. Faltaban pocas horas para el cumpleaños número 22 de Sophia y preparábamos todo a última hora. —¿qué pasa si destruyen el apartamento? —pregunto.

—Syd, te amo pero, cierra la boca cinco minutos, amiga—río ante su comentario.

—Solo digo, eres la señora popular, yo supongo que todo Nueva York estará aquí. Solo espero que no se te haya ocurrido invitar a Jackson, de nuevo está tan insistente —el silencio que invade la habitación contesta mi pregunta. Me giro para ver a Sophia quién me mira algo apenada. —¿lo invitaste?

—¡Ay, Syd!, no tenía otra opción, escuchó cuando estaba invitando a Ronald, tuve que —explica.

—Está bien —suspiro—Solo espero que no me acose como siempre.

***

La música inundaba todo en el departamento, miraba mi reloj cada cinco minutos mientras veo como ya habían pasado veinte minutos desde que dijo que venía en camino, quizá solo se arrepintió.

Son las ocho de la noche y solo observo la puerta mientras sostengo mi vaso de limonada. Todo el mundo está aquí, pero me sentía bien, Sophia estaba sonriendo y eso era todo lo que yo quería.

Finalmente desde lejos veo al chico castaño, el observa por todos lados mientras sostiene una caja con un enorme moño rosa. Camino hasta él con una enorme sonrisa, Harry tenía la mala costumbre de hacer mi corazón latir a mil por hora.

—¡Ahí estas! —sonríe para rodearme con sus brazos poniéndome los bellos de punta.

—Gracias por venir —digo para evitar que notara mis mejillas rojas. Sin embargo, el chico suelta una tierna risa—¿qué? —pregunto algo apenada.

—Lindas mejillas —contesta acariciando una de ellas con sus manos. Ahora mismo sentía todas las mariposas del planeta revoloteando dentro de mí.

***

—¡¿Cómo es posible?! —exclamo al perder nuevamente contra Richar, un compañero de trabajo en el beer pong.

—Lo siento, Syd. Te acabas de topar con el maldito amo de este juego —ríe.

—Veamos si puedes vencerme a mi —Harry dice colocándose frente a la mesa.

—¿Listo para perder amigo? —Richar pregunta algo burlón.

—Más bien para vencerte —todos al rededor ríen comenzando el juego. Para ser sincera, Harry era bastante bueno.

Seguía observando a los chicos jugar, me alejo un poco para dirigirme a la cocina por algo de comida. Abro el refrigerador tomando un pequeño plato con royos de sushi de la noche anterior colocándolos dentro del microondas.

—Sydney, ¿podemos hablar? —la voz de Jackson atrae mi atención.

—Jack, no es el momento —contesto algo cortante.

—¿De verdad invitaste a ese tonto? ¿quieres darme celos o algo así?, porque lo estás logrando.

—No lo hago por eso, Harry es mi amigo —replico algo enfadada.

—Así que el tonto se llama Harry, por su ropa noto que es alguien caro, no entiendo qué tiene él que no tenga yo.

—Debo irme —doy un paso pero él se interpone, ocasionándome terror.

—Aguarda, no contestaste a mi pregunta la noche anterior —el chico camina hasta quedar a unos centímetros de mí. Estaba bastante ebrio para ser verdad.

—Harry es solo mi amigo, y así fuera algo más, no tengo porque darte explicaciones, debo irme —camino tratando de alejarme de él pero su agarre me lo impide. —¿qué haces? —siento como el pánico entra dentro de mí, los recuerdos de mi niñez pasan en mi mente como una película.

—Yo puedo hacerte feliz, ¿por qué no lo puedes entender? —Jack me acerca a él, su agarre es tan fuerte que casi me hace gritar.

—¿Y tú por qué no puedes entender que no te quiero? —exclamo soltándome de su agarre.

—¡Syd por favor! —siento los brazos de Jackson rodear mis hombros impidiendo mi salida.

—¡Suéltala! —escucho la voz de Harry desde la puerta de la cocina, rápidamente corro hacia él buscando seguridad. Harry sin pensarlo me coloca detrás de él.

—Miren quién llegó —Jackson grita tan fuerte atrayendo la atención de todos. —¡el nuevo noviecito! —ríe —¿y si no quiero, qué harás al respecto, niño rico? —habla desafiante.

—Harry, no es necesario, vámonos —digo tomándolo fuerte del brazo pero el sigue acercándose a Jack.

—No me hagas obligarte a hacerlo. —puedo sentir la temperatura corporal de Harry, por su expresión, estaba furioso.

—Escucha bien. Sydney es mía. Y la puedo hacer mía cuando yo quiera —Jackson estira sus brazos empujando bruscamente a Harry.

—Harry por favor, solo déjalo —susurro pero el me ignora por completo. No sé en qué momento sucede cuando lanza un golpe a Jackson, provocando que éste caiga al suelo.


—¡Ya basta, Jack!, largo de aquí todos, se acabó la fiesta, ¡fuera! —dice Sophia frenando a Jackson quien venía sobre Harry.

Todo mundo comienza a salir del departamento incluyendo a Jack. De pronto y sin aviso, Harry cae al suelo. —¿Harry?, ¿me escuchas? —hablo mientras sostengo su rostro entre mis manos pero el parece no entender. Toca su cabeza mientras gime del dolor. Algo andaba mal. —¡Sophia llama una ambulancia! —grito desesperadamente mientras veo como Harry agoniza cada vez más. ¿Qué demonios pasaba?

SAFE [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora