SAFE [H.S]

T1:E16: ¿ M E Q U E D O ?

El sudor recorría mi frente al igual que por mi espalda. El oír a Harry decir que el dolor lo estaba matando, me consumía viva. Sophia me abraza tratando de calmarme pero no puedo, la impotencia de no poder hacer nada por el y solo ver como los paramédicos se lo llevaban me hacía temblar.

—Tengo que ir con el —digo. Sophia asiente para proseguir a subir a la ambulancia.

—Harry estoy aquí, ¿puedes escucharme? —el chico de ojos verdes parecía estar poco consciente y solo recibo una árida sonrisa, sin embargo tal me devuelve toda la vida.

—Por... Por favor llamen a mi mamá —las palabras salen como suspiros de su boca.

—Acaba de entrar en un Shock neurógeno —el hombre de blanco dice mientras conecta miles de aparatos sobre su cuerpo.

Lo único que puedo hacer es tomar su fría mano, juro que puedo sentir como el aprieta fuerte la mía, como si una parte de él quisiera salir de su cuerpo. Justo ahora, me podía sentir la persona más culpable de todo el mundo.

***

—¡Harry!, ¿qué le pasó a mi hijo? —escucho la voz de la madre de Harry al llegar al hospital.

—No está bombeando suficiente sangre, esta en shock neurólogo —contesta el para medico quien introduce a Harry dentro.

—¿Pero qué le pasó?, ¿qué le hiciste Sydney? —le mujer me mira con una furia y una preocupación que jamás había visto en alguien más.

—Él... Él... Solo se molestó mucho  y... No lo sé —puedo escuchar mi voz quebrarse.

—¿Qué?, ¡mi hijo está enfermo! no puede pasar por esas situaciones —alza la voz, pero me lo merecía. Todo era mi culpa.

—Rosse, calma, solo hay que irnos—el padre de Harry susurra en el oído de la mujer.

—¿Estás bien? —una mujer se acerca a mi, ella tenía el cabello corto y aparentaba una edad mayor. —Soy Zara, la enfermera de Harry, ¿tu eres Sydney? —ella me mira y por primera vez con algo de amabilidad.

—Sí —contestó cabizbaja.

—Cuéntame qué pasó, vamos, Harry va estar bien —la mujer me rodea con su brazo para dirigirnos a la famosa sala de espera.

—Yo en realidad no lo sé —siento mis lágrimas desbordarse por mi rostro.

—Él se molestó y... Solo se desplomó, no sé qué pasó. ¿Qué sucede, de qué está enfermo? —observó a la mujer quién mantiene una expresión de angustia.

—Eso no me corresponde decírtelo —dice mientras su mano limpia una de mis lágrimas.

—Todo es mi culpa, quizá... —siento un nudo en la garganta. —Su madre tenga razón y debo alejarme de él

—¡No! no es así Sydney. Tal vez no me incumbe decirte esto pero —la mujer desvía su mirada, pero aún así puedo notar una sonrisa en su rostro—Harry es una persona totalmente diferente desde que te conoció. Su actitud, su energía, su fuerza es diferente. Tu eres como una clase de medicamento, algo que lo ayuda a levantarse bien todas las mañanas. 

Las palabras de Zara me habían confundido demasiado, era ilógico. Cómo iba ser posible que una niña tan rota como yo pueda mejora la vida a alguien más. No quería perderle, no quería irme. 

—Pero tengo miedo —balbuceo apenas audible.

—Él también tiene miedo, te necesita.

Mi mente estaba tan desordenada, solo quería entender que sucede. ¿Enfermo?, ¿por qué no me lo dijo? Necesitaba respuestas y necesitaba mucho valor para saber la verdad, pero ¿debería quedarme?