T1:E6: ¿ T U ?

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H A R R Y

El elevador se hace eterno. Miro con atención los números descendiendo, pero es demasiado tarde cuando veo la calle vacía, no estaba. De nuevo se había esfumado como la niebla. Estuve tan cerca, a cosa de nada de poder saber su nombre.

1 S E M A N A D E S P U E S

Entonces solo le mostraré la receta, ¿cierto? —digo mientras observo el camino que mi madre tomaba hacia la casa de la doctora Brown.

—Sí, cariño. Te voy a esperar aquí. Si que es un barrio raro —dice mi madre con una mueca de disgusto.

—Se ve peligroso —observó a mí al rededor, las calles estaban vacías y solo había departamentos por todos lados —¿Qué número de apartamento es?

—223, no tardes.

Bajo del auto para entrar al gran edificio, sus paredes eran viejas y estaban llenas de manchas y grafiti, me sorprendo cuando veo una recepción vacía, bastante vieja para ser sincero, subo con gran lentitud las escaleras, ya podía sentir mi pecho subir y bajar fuertemente.

Finalmente llego a mi destino, toco unos cuantos golpes a la desgastada puerta, pero no hay respuesta, realmente me sorprendo por lo pequeño que es el edificio. Después de unos minutos de espera voy perdiendo la paciencia.

Suspiro para girarme y marcharme finalmente, sin embargo, el ruido de la puerta abriéndose hace que gire nuevamente a su dirección. Frunzo el ceño para después sentir como una enorme sonrisa se forma en mi rostro, estaba parada ahí luciendo una perfecta hilera de dientes.

—¡Hola!, ¿Qué haces aquí? —pregunto algo nervioso.

—Vivo aquí —la chica responde curiosamente—Acaso estás... ¿Siguiéndome? —dice mientras arquea su ceja.

—¡Qué, no!, yo... Estoy buscando a la doctora Brown —contesto. La verdad era que la chica me ponía los nervios de punta.

—Justo ahí —ella apunta hacia la puerta de enfrente.

—Genial.

—¡Oh vaya! —una chica bastante rubia para ser verdad aparece de la nada—tu eres el chico extraño del hospital —sonríe mientras siento mis mejillas arder—te dije que era muy guapo, Sydney.

—¡Sophia! —la bella chica susurra mientras la empuja un poco con su brazo.

—Lamento haberte asustado, creí que eras otra persona. Soy Harry —conduzco mi mano para estrechar la suya, noto como Sydney se sonroja cuando nota que no puedo despegar mi vista de la suya.

—Sophia y ella es Sydney, soltera, trabajadora y muy graciosa. —mi vista se planta en la famosa Sydney.

—Es un placer... Sydney —mi corazón late fuerte al sentir su mano estrechar la mía. Era definitivamente la niña más linda que conocí jamás.

—Dime, Harry. ¿Te quieres quedar a cenar? —Sophia pregunta amablemente.

—Sería genial, gracias, pero mamá me está esperando abajo, niñas. Lo que sí quisiera es tu número de teléfono —entrego mi teléfono a Sydney quien se encuentra demasiado nerviosa.

Quiero reír cuando veo como ambas chicas se miran una a la otra de manera sorprendidas.

—Seguro —la chica toma mi celular para marcar unos cuantos números.

—Genial. Tengo que irme, me encanto conocerlas.

—¡Espera!, ¿no tenías que ir con la doctora Brown? —Sydney pregunta algo divertida.

—Claro, lo siento —digo provocando una risa en ambas chicas.

Sonrío cuando escucho los gritos de emoción de ambas en cuanto la puerta se cierra. Podía sentir algo en mí, en mi interior, verla me había hecho sentir tantas cosas, podía jurar que por un segundo mi enfermedad se había borrado de mi mundo. Por ella.

SAFE [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora