T1:E27: Se Fue

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—¿Cómo te sientes? —Zara pregunta mientras me ayuda a lavar mi cabello.

—Deja de preguntar eso, sabes la respuesta —respondo mientras me mantengo dentro de la bañera—Solo mírame... Ni siquiera tengo fuerza para ducharme yo solo.

—Harry debes salir adelante. Que te rompan el corazón no es un impedimento para seguir. Creme cuando te digo que el amor puede volver...

—El amor es una mierda, Zara. —interrumpo su oración.

—¿La querías mucho cierto? —la mujer me mira.

—Era prácticamente la única razón por la que quería despertar.

***

Mantenía mi vista en la pantalla del teléfono, quería llamarla. Le había prometido jamás irme, sin embargo, alejarme de ella es por su bien, detestaría ver una persona más el día que me vaya. Quiero ahorrarle ese dolor.

Cuanto daría por estar cinco minutos con ella. Tal vez debería llamarla, solo quería saber cómo estaba. Después de unos minutos de pensarlo una y otra vez, presiono el botón de su contacto.

Los timbres es lo único que suena en el teléfono, sin respuesta alguna. —Hola, soy Sydney, deja un mensaje y te llamaré —responde la contestadora.

—Hola, soy yo. Harry. Solo quería saber... Cómo estabas y... Solo. Te extraño mucho —no hay más palabras que pueda decir y finalmente cuelgo la llamada.

—No responde, ¿cierto? —escucho la voz de mi madre detrás de mí.

No digo nada y solo niego con la cabeza, respondiendo su pregunta.

—Odio decirlo pero. Te lo dije, cielo. Sydney es igual a su madre, no tiene sentimientos. Solo te iba a destruir —mi mamá habla mientras sujeta mi mano. ¿Tendrá razón?

***

Era la décima vez que llamaba, y sólo podía escuchar de nuevo la contestadora. ¿Qué estaba pasando?, ¿qué fue lo que hice mal? No entendí, estaba lleno de confusiones y solo quería la verdad.

—Harry, ¿estás listo? —Zara entra a mi habitación.

Asiento para después tomar el pequeño bastón que se colocaba en mi brazo para poder mantenerme de pie. Los jueves era los días que más odiaba ir a la terapia que mis papás me habían obligado a ir. Era aburrido y solo nos dedicábamos a hablar de lo mismo una y otra vez.

Conducíamos por las calles de Nueva York cuando de pronto Zara gira unas cuantas calles antes de nuestro destino. —¿Qué haces? —pregunto.

—Odio verte así. Pero juro que si tus padres se enteran de esto, te daré de cenar puré de papa todas las noches —siento mi corazón comenzar a latir nuevamente cuando noto que Zara estaciona el auto fuera de Billy's.

—¿Es en serio? —la veo con toda la ilusión.

—Solo entra por esa puerta y haz lo correcto, lo que te haga feliz —sonríe.

No podía esperar más. Bajo del auto para caminar lentamente hasta la puerta del pequeño restaurant bar. Siento como el imaginar verla nuevamente me devuelve la vida por completo.
Finalmente, entro. Mi mirada la busca por todas partes pero no hay señales de ella. Puedo notar al fondo un hombre bien vestido, parecía ser el gerente o algo por el estilo.

—Disculpe —el hombre de poco cabello me observa. —Estoy buscando a Sydney Roberts.

—Lo siento, ella ya no trabaja aquí desde hace un mes —mi respiración se corta.

—¿Qué?

—Sí, desde del incidente del incendio ella y su amiga simplemente renunciaron. Creo que no están en nueva York.

Y de un segundo a otro. Todas esas mariposas que sentía en el estómago por volverla a ver se convierten en náuseas. Toda esa ilusión de poder sostenerla fuerte cerca de mí se había esfumado. Se había ido rompiendo cada parte que quedaba viva de mí.

SAFE [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora