T1:E17: M E Q U E D O

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Habían pasado aproximadamente dos horas desde que Harry entró por esas puertas. Desde entonces no puedo parar de pensar. Quería la verdad.

Mientras esperaba , miles de preguntas llegaban a mi mente, miles de posibles enfermedades que él podía tener, por qué no habría de tener la confianza de haberme contado todo. Quisa era por la misma razón que yo me reservaba mi pasado, el miedo. 

 —¡Zara! —me levanto al ver a la mujer salir del pasillo principal.—¿Cómo sigue?, ¿puedo verlo? 

—No lo sé. Intenté verlo pero, los doctores dicen que solo pueden pasar familiares, lo siento. —dice algo apenada.—¿Por qué mejor no vas a descansar?, es muy tarde.

—Claro. —sonrío breve mente para dirigirme a la salida. Sin embargo, me detengo en seco. No podía irme. Necesitaba verlo y tenía que hacerlo.

Finalmente después de unas largas horas veo a la familia de Harry salir del hospital. Eran aproximadamente las dos de la madrugada. Los doctores prácticamente habían desaparecido. Observó con atención todo mi panorama. Para mi suerte, el guardia de la entrada principal estaba en un profundo, muy profundo sueño. No había mejor oportunidad.

Rápidamente y sin levantar sospechas me introduzco al pasillo. Había miles de habitaciones pero no había señales de Harry. Sigo caminando, recorriendo cada pasillo, no iba parar hasta encontrarlo.

De pronto, puedo ver al final del pasillo una gran ventana, me acerco lentamente, las persianas se encontraban abiertas dejando ver al chico castaño, estaba entrado en un sueño profundo. Siento mi corazón estrujarse al verlo ahí.

Entro y ahí estaba. Profundamente dormido, los miles de aparatos conectados a su cuerpo me ponen los bellos de punta. Camino hasta llegar a un pequeño banco a su lado, su mano estaba quieta, sin embargo, la sostengo. Ya no estaba fría, estaba tibia. Las palabras no salen de mi boca y sólo lo observo.

Sus labios delgados estaban rosados, sus mejillas estaban tibias y rojas al igual que esos lunares que adornaban su rostro. Su cabello estaba curiosamente arreglado y sus ojos completamente cerrados.

¿Qué debía hacer? yo no sabía si era capaz de verlo así, no sabía lo que sentía en estos momentos, mis sentimientos están de verdad confundidos.

El cansancio que tenía ahora mismo provoca que mis ojos se cierren, ya podía sentir el sueño invadir mi cuerpo perdiendo poco a poco la consciencia.

—¿Sydney? —una voz ronca y bastante baja me hace volver en sí. Era él.

—Hola —susurro. Me sorprendo cuando a pesar de tener agujas en todo su brazo, una enorme sonrisa de oreja a oreja se dibuja en su rostro, como si nada hubiese pasado. 

Sin embargo, ésta se borra, de un instante a otro. Pareciera como si se hubiese olvidado de donde estaba, su mirada parece reflejar nerviosismo y tanto pero tanto miedo. 

 —Harry... No comprendo qué fue lo que pasó —observo al chico, el mantiene su vista lejos de la mía—Harry... —aprieto su mano para que me mirase a los ojos, él lo hace y puedo notar como sus lágrimas la inundaban sus ojos—puede contarme, estoy aquí.

—Yo... —para—No sabía cómo decírtelo.

—¿Decirme qué? —pregunto.

Harry parece tener miles de palabras en su boca pero ninguna puede salir. Podía notar su nerviosismo en la forma que lamía sus labios o en la forma en que evitaba el contacto visual. Siento una enorme tristeza cuando veo como suelta lentamente mi mano, algo no andaba bien y podía notarlo en su actitud. 

Un nudo enorme se forma en mi garganta cuando noto como una lágrima se desborda. Sé que intenta ocultar lo que siente cuando rápidamente la limpia con el borde de su mano. 

SAFE [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora