T1:E22: C R A Z Y I N L O V E

277 18 6
                                    

—¿Y?, ¿qué te dijo? —Sophia pregunta en cuanto subo al auto.

—Prepara todo, esta tarde nos vamos —sonrío.

***

—¡Frank! —grito por todos lados tratando de encontrar al viejo de poco cabello—Ahí estas —una enorme sonrisa se dibuja en mi rostro al ver a mi jefe parado tras del restaurante

—¡Syd!, ¿Qué haces aquí? Hoy no trabajas —el hombre saluda amablemente mientras termina de limpiar su amada Cheyenne de los noventa

—Necesito que me prestes tu camioneta —de un segundo a otro, la expresión del hombre cambia radicalmente.

—¿Qué?

H A R R Y

Muy bien, tu presión está normal, cariño —dice Zara, sin embargo, no la escucho. Mi mente está perdidamente en otra parte—¿Qué te pasa? —pregunta al notar que no estaba prestándole atención.

—¿Crees que mamá tenga razón?, ¿estoy haciendo lo correcto? —cuestiono tratando de encontrar la respuesta correcta, no lo que quería escuchar.

—Harry. —la mujer toma mi mano—A veces no solamente hay que hacer lo correcto, es bueno equivocarse, es bueno estar mal, solo algunas veces —sonrío al escuchar esas sabias palabras—Solo haz lo que te diga tu corazón.

—No sé qué haría sin ti Zara Johnson —sonrío.

De pronto, la puerta es golpeada tres veces, era extraño, apenas eran las doce del día, muy pronto para que mis padres regresaran a casa—Yo voy—me levanto con algo de dificultad, dirigiéndome hacia la puerta encontrándome con ella, siempre sonriendo —Sydney, ¿qué haces aquí? —siento como una sonrisa de oreja a oreja se me dibuja en el rostro.

—Escucha, sé que es una locura, pero. Será genial, necesito que traigas un cambio de ropa, te llevaré a un lugar muy especial —ella parece estar apresurada y algo agitada.

—¿Qué?, ¿en serio? —sonrío.

—¿Qué tal Sydney?, ¿quieres tomar algo? —escucho a Zara a un lado de mí.

—De hecho. Ya me voy —respondo

Zara parece estar confundida y algo asustada, sabía lo que pasaría si yo cruzaba esa puerta sin el consentimiento de mis papás.

—Pero Harry, tus papás...

—Zara, a veces está bien estar mal —la mujer rueda los ojos al ver el rostro que le solía hacer desde que tenía doce años cuando suplicaba por algo

—¡Dios! —exclama apenas audible—Solo unas horas, tus padres estarán aquí a las ocho en punto, te quiero en esta puerta a las siete y diez, ¿entendido?

—¡Lo prometo! —exclamo mientras sostengo a la mujer entre mis brazos.

S Y D N E Y

El camino parecía hacerse cada vez más corto. Eran las cinco de la tarde y nuestro destino cada vez se acercaba más y más. Las risas compartidas en la vieja camioneta por los comentarios de Ronny, un viejo amigo, hacían que el tiempo pasara rápido.

—Someone told me long ago,
There's a calm before the storm—Sophia comienza a canturrear mientras en la radio suena Have you ever see the rain.

Era indescriptible la sensación tan increíble que tenía en este momento, verlo era el placer más grande que se podía sentir, era como estar un metro cerca del cielo. Verlo cantar y reír me hacía creer que aún existía amor en este mundo, en esta basura de mundo, él parecía hacerlo mejor.

Finalmente después de horas de camino, llegamos. El Long path Park era uno de mis lugares favoritos. El atardecer estaba a punto de terminarse, sin embargo. Eso no nos quitaba la felicidad de haber llegado finalmente.

—Esto es increíble, Sydney —escucho a Harry susurrar detrás de mí.

—Lo sé. Sabía que te gustaría —mi corazón late fuerte al ver esos hoyuelos en cada mejilla—Esta es la mejor parte —alzo mis cejas pícaramente para después correr hacia el enorme lago que había cerca del bosque.

—¡Espera! —río al notar la expresión de susto de Harry al vernos nadar en el agua —¡Están locos, estamos a veinte grados!

—¡Solo disfruta el momento! —grito desde dentro del agua. Veo como el chico se deshace de su chaqueta para correr hacia el agua.

—Estas loca, ¿sabías? —solo río ante su comentario.

Después de risas y guerras de agua el sol se esconde. Quedando solamente la luz de la luna sobre nosotros.

—Gracias por esto, lo necesitaba —siento mi mano ser tomada por la de Harry, es ahí cuando mis nervios comienzan a aumentar. De pronto, el suelta un risa

—¿Qué? —pregunto.

—Me encantan tus mejillas rojas —ríe.

—Estás loco, Harry.

—Estoy loco por ti. —mi corazón se detiene.

—¿Qué? —susurro.

—Estoy... Perdida, jodida ylocamente enamorado de ti Sydney Roberts.

Las palabras no salían de mi boca. Estaba atónita, jamás había escuchado esas palabras y menos, con tanta sinceridad

—No más de lo que yo estoy de ti —lo sabía, lo sentía. Era él y solamente él.

SAFE [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora