Capítulo 51

683K 45K 43.7K
                                    

HÁGANME EL GRANDÍSIMO FAVOR DE NO MENCIONAR A OTROS PERSONAJES EN MI LIBRO

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

HÁGANME EL GRANDÍSIMO FAVOR DE NO MENCIONAR A OTROS PERSONAJES EN MI LIBRO. ES INCOMODO, ME MOLESTA, POR FAVOR NO LO HAGAN.

Holly

Llevaba horas dormido, al fin descansaba tranquilo y bien protegido.

Hacía dos días que salió del hospital, sus heridas fueron atendidas, no eran tan graves como pensamos, el problema fue el tiempo que estuvieron sin atenderlo y la sangre que perdió. Gracias al cielo se recuperó de inmediato y solo pasó un día en el hospital donde ya era conocido por ser un gruñón que no seguía las reglas ni las recomendaciones.

Lidiar con Dixon herido y hospitalizado, era como lidiar con un niño pequeño; refunfuñaba por todo, nada quería, se negaba a tomar los medicamentos y a ser tocado por otras manos que no fueran las mías. Se comportó como un consentido mimado que sonreía canalla al salirse con la suya.

Lo amaba demasiado.

—¿A qué le temes? —Preguntó Linda. Me hacía compañía mientras papá llegaba, había salido con Dante y Theo a comprar la cena.

—A su reacción —susurré, la vista fija en las escaleras, atenta a su aparición, a la vez que jugaba con los resultados en mis manos.

—Dixon te ama, Holly, y si ese papel dice que estás embarazada, él también amará a ese bebé.

Quisiera poder decirle que sí, que tenía razón en cada una de sus palabras, pero dudaba mucho que Dixon se pusiera feliz si el resultado era positivo. Él se cuidaba demasiado, me cuidaba demasiado, desde el inicio dejó en claro que no quería hijos y yo respetaba su decisión, así como él respetaba muchas de las mías. No comprendía cómo es que el método pudo fallar. Estaba aterrada. Todo se acomodaba y de pronto, tenía otra preocupación encima.

—¿Y si no lo quiere? —Pregunté en voz alta mi mayor miedo.

—A falta de amor paterno, amor de tía madrina y abuelo le sobrará.

Sonreí por sus ocurrencias, deseé que todo fuera tan fácil y creer que se solucionaría cada problema en el que me metía sin tener que sufrir lo más mínimo. Pero bien sabía que si Dixon rechazaba a nuestro bebé, yo no podría quedarme con él.

—Ábrelo —incitó Linda.

Asentí y tomé un respiro hondo, sin embargo, antes de abrirlo, mi papá y Dante atravesaron la puerta. Theo corrió por la casa y se escabulló hacia la planta alta. Fingí una sonrisa y guardé el sobre en el bolsillo de mi suéter. Le lancé una mirada a Linda y negué. Resopló.

—El restaurante de ese hombre hace comida deliciosa —mencionó papá.

—Te dije que no tenías que ir, ellos pueden traerla —murmuré.

—Tonterías, necesitaba caminar. —Me miró—. ¿Ya se ha levantado?

—Iré a ver.

Le sonreí a Dante y deprisa me dirigí a la planta alta. Entré a la habitación y encontré a Theo recostado encima del pecho de Dixon. La imagen fue tan tierna que saqué el móvil del bolsillo de mi suéter y les tomé una fotografía, justo antes de que mi novio despertara.

Crueles instintos © [YA A LA VENTA EN LIBRERÍAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora