Capítulo 21

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Chicos, infinitas gracias por tantos comentarios, no me canso de agradecerles🥺 los leo a todos, en verdad, no saben lo que hacen. Los amo❤️

Holly

Dixon se fue con Marie.

No volví a verlo y decir que no me importaba que se haya ido con Marie, sería mentir. No paraba de pensar en lo que podrían estar haciendo; una parte de mí aún confiaba en él y en que no cometería una estupidez guiado por sus instintos crueles y vengativos, la otra —la más realista y fría—, me repetía que se trataba de Dixon.

Llevaba años conociéndolo, ¿cómo pude pensar que cambiaría de un día para otro? ¿Por qué? ¿Por mí? Estúpida.

Quizá tuvo la intención de hacerlo, desbordó sinceridad al mirarme a los ojos y prometer que ya no habría más mujeres, solo yo, sin embargo, lo que él era, pudo haber sido más fuerte que su deseo y cariño por mí.

Entretanto, reflexionaba y analizaba mi decisión, tal vez fue muy radical, tal vez mis miedos tomaron su comportamiento como la perfecta excusa para terminar y así escapar de su infierno antes de ser alcanzada por sus llamas.

Lo que sentí al verlo abrazar a Marie, verla a ella tocándolo, en como no la rechazó y no la detuvo al momento en que dio la noticia de que irían juntos, no me gustaba. Dolió y provocó mis celos, una rabia y el deseo de apartarlo de ella para así gritarle que era mío, lo cual era estúpido. Yo no tenía que exigirle a Dixon que me diera mi lugar, él tuvo que habérmelo dado desde el inicio, y si lo hizo hasta verse acorralado por mi inminente decisión, era una razón más para alejarme de él.

—Holly —habló Dexter en cuanto se puso en marcha, él me llevaría a casa—, quería hablarte sobre lo de hace un rato.

—¿Sobre la forma en que me ayudaste con tu hermano? —Inquirí. Sonrió de lado.

—Te diste cuenta.

—No es propio de ti tomarme la mano, menos invitarme a un baile —dije. Su sonrisa se amplió.

—Siendo franco no estoy para fiestas y bailes, mi enfoque es seguir trabajando —explicó con la vista al frente—, lamento no poder acompañarte.

—No te preocupes, no hay ningún problema, solo dime, ¿Dixon te dijo algo sobre... nosotros?

—No era necesario que lo hiciera, solo le faltaba orinarte encima —se burló—. Lo conozco, desde hace mucho siente algo por ti, pero era demasiado estúpido para aceptarlo. Dixon jamás se preocupa por nadie que no seamos nosotros y tú, siempre te tiene presente en todo momento, no fue difícil ver el interés.

—Para mí sí.

—Porque no lo conoces como yo —replicó, mirándome de soslayo—, puedes pasar con él todo el tiempo, Holly, pero yo llevo una vida a su lado.

Se detuvo en un semáforo y me miró a la cara.

—Dixon siempre ha estado loco por ti, él no lo sabía, pero ya se ha dado cuenta —dijo serio.

—¿Por qué lo dices en ese tono? —Inquirí asustada.

—Porque será un riesgo para ti —determinó seguro—. Ser la obsesión de un mafioso lo vuelve peligroso, pero el que esté enamorado de ti, lo vuelve letal.

—Si pretendías asustarme, lo has logrado —susurré nerviosa. El semáforo cambió y continuó.

—No quiero asustarte, Holly, solo prevenirte. Dixon siempre consigue lo que quiere, nada se le niega, si tú le has dicho que no, buscará la manera de tenerte.

Crueles instintos © [YA A LA VENTA EN LIBRERÍAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora