Capítulo 29

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El capítulo lo dividí en dos partes, de ustedes depende cuando suba el esperado🤭

El capítulo lo dividí en dos partes, de ustedes depende cuando suba el esperado🤭

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Dixon

El hotel estaba atestado de gente. Mi sonrisa era algo que ellos no recibían al voltear a verme, esa era tarea de mi padre.

Sostenía un vaso con whisky en la mano, mi vista fija en la entrada, pendiente de cada persona que llegaba mientras la ansiedad me carcomía al no encontrar en ninguna de ellas a Holly. Aun estaba a tiempo, pero la necesidad de verla me consumía, habíamos pasado todo el día separados y no solo eso, sino que mi curiosidad por descubrir que ropa usaba, también podía conmigo.

Bebí más, solo para calmarme; había una habitación en el último piso que sería para nosotros y nada deseaba más que llevarla hacia ella justo al verla llegar. Necesitaba consumirla por completo, poseer cada centímetro de su inmaculada piel, mi instinto primitivo exigía ser el primero y el último en tenerla, pensarla en brazos de otro me calentaba la sangre y no en el buen sentido.

Sus besos eran míos, ella era mía, su corazón me pertenecería.

La obsesión que despertó en mí fue más poderosa que la de aquella mujer a la que no busqué más, sin embargo, de vez en cuando la pensaba, no por desearla, sino por curiosidad. Holly fue capaz de dominarme, controlaba mi mente sin esfuerzo, era ella quien ocupaba cada uno de mis pensamientos y la única mujer que mi cuerpo pedía.

Sonreí interiormente, rememorando nuestros encuentros. Joder. No debía pensar en eso estando en público, mas resultaba inevitable. No olvidaba su calor, cada curva de su figura acoplándose a la mía mientras gemía: suave, excitada, tímida. El rubor en sus mejillas me ponía mucho, así como la inocencia anclada en sus orbes avellana. Sexualidad e inocencia. La debilidad de un pervertido como yo.

Acabé el trago cuando vi a Linda bajar de una limusina, ella enfundada en un vestido blanco, largo y con un escote que resaltaba esos senos donde me habría corrido luego de hacer que me la chupara.

Ignoré eso y todo mi ser entró en tensión al ver a Holly.

Su muslo blanquecino quedó al descubierto ante la abertura del vestido rojo que usaba en cuanto puso un pie abajo. Mi lado posesivo despertó, mis piernas se movieron en dirección a ella, sin embargo, me detuve de golpe al observarla de cuerpo completo.

—No me jodas.

Linda pasó a mi lado, su mano dio un golpe a mi mentón, cerrando mi boca que quedó abierta.

—Voy a disfrutar mucho verte arrastrándote por ella —susurró cerca de mi oído—, no la mereces y esperaré a que lo arruines, Holly merece más, es una reina y tú un idiota.

—Recuérdame cuándo fue que pedí tu opinión —siseé sin apartar la vista de mi mujer.

—Cuidado, no eres el único que la está mirando.

Crueles instintos © [YA A LA VENTA EN LIBRERÍAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora