[Vlots Black]
Al Padre Celestial no le va a gustar.
“Aquí pasan algunas cosas cochinas, no sean pecadoras”.
—Tengo miedo.
Eso le escribí a Drox aquella madrugada con el mismo celular que él me había regalado semanas atrás.
Acostada en mi cama, cubierta de pies a cabeza por mis frescas sábanas blancas, solo podía temblar mientras era sumida por la inmensa y atrapante oscuridad de mi habitación.
Confiar tanto en Drox era una debilidad gigantesca y necesitarlo tanto lo era aún más, pero estar sola en aquella habitación, mientras el viento congelado chocaba con impetuosidad e imprudencia contra los árboles junto a mi ventana, había sido una gran tortura.
Estaba muy oscuro, no podía ver casi nada hacia el exterior, ya que los cristales estaban empañados por la monstruosa niebla y la irrefrenable lluvia.
El bosque frondoso se veía exorbitante frente a mi ventana y aquellos tonos blancuzcos en el horizonte producidos por la lluvia conseguían que mi corazón latiese con una fuerza detonante. La oscuridad era aterrorizante, no podía divisar nada, todo parecía estar pintado de un verde que me calaba los huesos.
Las aguas al desplomar con brutalidad sobre las múltiples hojas hacían que un sonido tortuoso llenase el ambiente y luego una succión tormentosa al deslizarse por sus troncos hasta el suelo. Sentía mucho miedo, pero eso no se debía únicamente a los grandes árboles y la lluvia helada, sino también a lo que creí ver entre las flores blancas y rosas de mi madre, junto a la roca de Drox.
Un cuerpo.
El estruendo de un relámpago junto a la intensa luz propagada por las inexactas terminaciones de un rayo con forma de tela de araña había conseguido ponerme los pelos de punta.
¿Había sido otra de mis alucinaciones, como la que había tenido en la iglesia el día que llegó Iver o yo estaba viendo a mi hermana?
Aeveen se encontraba sentada en la roca.
Su cuerpo estaba cubierto por una capucha de lluvia roja.
Su cabello caía húmedo a ambos lados de su rostro, pegados a su mejilla, chorreando de forma espeluznante.
Una sonrisa macabra formaba parte de sus labios.
Esa sonrisa solo anunciaba futura miseria.
¿En serio la estaba viendo?
¿Realmente se trataba de mi hermana?
Un nuevo estruendo consigue que cierre los ojos por el impacto y cuando vuelvo a abrirlos ya ella se ha desaparecido, como si nunca hubiera estado allí.
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El miedo de Drox © [✔]
Teen FictionEn las sombrías calles de Dunkeld, un tranquilo pueblo donde las sombras esconden secretos y sus habitantes se aferran a la ilusión de la perfección, Vlots decide desafiar las implacables reglas y las rígidas costumbres religiosas que gobiernan cada...