[Drox Bowers]
Reducido a cenizas.
Tavish, Evaleen, Vlots y yo.
Desde luego que tiene coherencia que los tres estemos parados uno junto al otro en el altar mientras nos reprenden frente a todos los miembros de la iglesia.
Es indiscutible que todos sostenemos una guerra; cada una más afanosa que la antedicha. La de Evaleen, la inédita pérdida de su madre. Los demonios han estado hostigándola día tras día, las heridas en la carne de sus brazos, que intenta ocultar bajo suéteres oscuros, son la prueba de que la paz ya no reina en la casa del pastor.
La de Tavish, compartir sangre conmigo; sin embargo, es algo con lo que ya está familiarizado, ya que no ha tenido opciones desde que nací, por tanto, no es para menos que se acostumbrase.
La de Vlots, la forma tan íntima en la que me había acercado a ella en los últimos días, sólo para sacarle información sobre sus mentiras, ni siquiera había sido necesario recurrir a Brianna, era lógico que tuviera que ver con ella, después de todo la historia de Aeveen y Elliot hablan por sí solas. Ella y yo habíamos cruzado una línea y es sólo cuestión de días para que todos sus secretos salgan a la luz, aquellos que conozco; y también los que no tanto.
Y la mía, mi llana existencia, de la que no hay mucho que aportar.
Disfruto del contacto de sus manos en silencio, con los ojos cerrados, preparándome para lo que sea que esté a punto de ocurrir. No soy una persona de fe, tampoco alguien religioso; no obstante, en los últimos días me ha complacido venir aquí, sólo para hacerlos perder la cordura con mis comentarios sarcásticos y mis ignominiosos estilos de proceder.
Sentarme a conversar con Vlots se ha vuelto una prioridad; asimismo, una pérdida de tiempo. Descubrir que me ha mentido y que su versión de los hechos no es más que una comedia, me ha despertado no sólo la curiosidad, sino también el instinto de soberbia. Específicamente caer en la cuenta de que ella sabe que lo sé, pero no sabe hasta qué punto conozco la historia.
Ella sabe quién lo hizo.
De cualquier modo, eso no juega a su favor.
No sabe que yo sé aún más cosas, tampoco que estoy acomodando las fichas del juego para llegar a la batalla final y destruirla, pues mi plan nunca fue salvarla ni quedar como un héroe.
¿Una santa paloma? Vlots no lo es.
El 25 de diciembre del año 2017 a las tres de la madrugada, cuando el hielo, el viento y la nieve se erguían en su máximo esplendor, había salido al bosque congelado, casi siendo arrastrada hasta el suelo por las fuertes borrascas, con Catalina, con Aeveen y con Elliot, caminando entre los árboles con las ramas secas y abrigada hasta las trancas, con un gorrito de lana y una chaqueta de piel. Ellos habían tardado mucho tiempo en las extensiones del bosque, pero al final de la noche sólo ella había regresado, llorando a mares desesperada con los labios hinchados, agrietados y con las mejillas sonrojadas por el frío.
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El miedo de Drox © [✔]
Teen FictionEn las sombrías calles de Dunkeld, un tranquilo pueblo donde las sombras esconden secretos y sus habitantes se aferran a la ilusión de la perfección, Vlots decide desafiar las implacables reglas y las rígidas costumbres religiosas que gobiernan cada...