[Vlots Black]
El inicio de la angustia y la oscuridad de un alma.
—Vlots y Kendrick van a caminar de último —indica Brianna como por décima vez, captando mi atención.
Sólo la miro.
—¿Por? —cuestiono frunciendo el ceño, si bien la había escuchado no le había prestado atención porque no había podido apartar mis ojos de cierto chico mezquino.
Él no me miraba, quizás lo ha hecho en dos o tres ocasiones.
—Porque primero entran Duncan y Cecile —explica con esa expresión caprichosa tan suya, echándose el cabello pelirrojo a un lado de su cuello—. Y como ella tirará las flores sobre las que voy a caminar necesito que vaya primero.
—Ah...
—Luego siguen Tavish y Bedelia —continúa, paseándose por el pasillo principal bajo la mirada de todos, haciendo gestos con las manos y luego llevándolas a su cintura—. Tavish es el padrino, así que él tendrá los anillos.
Ni modo...
—Ajá...
—Entonces sucesivamente van a entrar Kendrick y tú —continúa—. ¿Queda claro?
—Sí...
—Bien.
—¿Sólo debemos caminar? ¿O qué se supone que tengo que hacer? —presiono y ella me mira como si estuviera cansada de mí.
Suspira...
—Nada. Sólo procura verte bonita —Le resta importancia con una de sus manos, dándose la vuelta, caminando entonces hasta Iver, mirándolo con intensidad y pongo los ojos en blanco, girándome sólo para poder escucharla quejarse—. ¿Puedes simular casarnos ya?
—Claro, vayan a sus posiciones —pide, señalando la puerta con la biblia y en ese momento se abre e ingresa Rory, con pasos rápidos, luciendo ligeramente apurado.
Se le nota cansado y su espalda está torcida, haciendo que se vea gambado.
—Y Dios dijo, hágase la luz —bromea Duncan, siguiendo sus pasos pesados, que hacen eco por toda la estructura, él le lanza una rápida mirada, caminando por las esquinas de la iglesia.
—¡Llegas tarde, Robert Armstrong! —chilla Brianna al caer en su presencia, dándose la vuelta hacia el pasillo y el pelinegro pone los ojos en blanco yendo en dirección al piano—. No voy a tolerar eso, cógete mi boda en serio.
—Estás tensa —le suelta Drox, cruzado de brazos, con su común cara de hastío. Su ceño está fruncido y una de sus cejas se eleva en una clara muestra de disgusto.
—¿Crees que estoy tensa? —Se vuelve hacia él con resentimiento—. ¿No te parece que tú estás muy calmado, cielo? —reclama con voz amarga—. ¿Por qué mejor no caminas hacia el altar y ensayas todo lo que tienes que hacer en nuestra boda?
ESTÁS LEYENDO
El miedo de Drox © [✔]
Novela JuvenilEn las sombrías calles de Dunkeld, un tranquilo pueblo donde las sombras esconden secretos y sus habitantes se aferran a la ilusión de la perfección, Vlots decide desafiar las implacables reglas y las rígidas costumbres religiosas que gobiernan cada...