[Vlots Black]
Epílogo.
No sé cuánto tiempo ha pasado.
Sin embargo; cuando comienzo a recobrar la consciencia me percato de que estoy recostada de lado en la parte trasera de un coche. Siento mucho frío y por la pesadez de mi cuerpo contraigo el rostro, acariciando mis brazos.
Permanezco en la misma posición sin abrir mis ojos porque me pesan demasiado, quizás por el cansancio o por esa abrumadora compresión en el centro de mi pecho.
Cada segundo es peor que el anterior, no me siento nada bien.
Comienzo a removerme con incomodidad y cuando menos me lo espero el fuerte impacto de un choque en mi cabeza consigue que abra los párpados, debido a un profundo bache en el camino.
Miro hacia todas partes asustada, intentando identificar el lugar en el que me encuentro, esperando encontrarme junto a Drox, cumpliendo una de sus tantas obstinaciones, porque sé que no hay forma de que lo hagan cambiar de opinión cuando algo se le ocurre, y si él había dicho que nos iríamos de Dunkeld, era porque realmente lo haríamos.
Primero trato de reconocer el camino por el que estamos transcurriendo, no obstante, los opacos cristales del coche se encuentran empañados por la nieve que aún no se detiene, problematizando la vista al exterior.
Luego, cuando alzo la mirada buscando a alguien conocido me encuentro con los ojos azules de mi hermano, que lucen tristísimos y su fría mano se desliza con suavidad hacia mi cara hasta acariciar con ternura mi mejilla.
De nuevo, o más bien, como en años anteriores, él se encuentra vestido en su totalidad de negro, con un abrigo de cazador, unos jeans y una camiseta que lo protegen del horrible frío que hace en el exterior.
¿Realmente era Elliot?
¿Sí había pasado todo lo demás?
Caigo en la cuenta de que mi cabeza no había chocado con el asiento, sino contra su duro pecho, justo en el lugar donde ahora reposaba.
Miro hacia adelante, ya no llevo puesto aquel horrible vestido rosa manchado de sangre de la fiesta, alguien me lo había cambiado por uno negro que no me pertenece —ni siquiera quise saber quién, ni a quien pertenecía—, y en el asiento del conductor se encuentra Tavish, con las manos enguantadas de negro y firmes apretándose en el volante, con sus cejas castañas fruncidas en una expresión centrada y unas gigantescas ojeras negras que les llegan hasta sus perfectos pómulos.
Evaleen está sentada a su lado vestida también de negro, un gorrito de lana de color gris cubre sus mechones pelirrubios, su nariz está teñida de un fuerte rojo y lleva puesta una bufanda diferente, de un tono verde intenso, lo que es muy extraño, tomando en cuenta que su favorita es una de color rosa chicle que nunca se cambiaba en el invierno, o en cualquier época fría.
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El miedo de Drox © [✔]
Teen FictionEn las sombrías calles de Dunkeld, un tranquilo pueblo donde las sombras esconden secretos y sus habitantes se aferran a la ilusión de la perfección, Vlots decide desafiar las implacables reglas y las rígidas costumbres religiosas que gobiernan cada...