[9] La venganza de un demonio

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[Vlots Black]

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[Vlots Black]

La venganza de un demonio.

En el silencio lúgubre del pasillo, un susurro sibilante se desliza  como una sombra fugaz:

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En el silencio lúgubre del pasillo, un susurro sibilante se desliza como una sombra fugaz:

—Vlots... —La voz de Drox surca el corredor como un dardo, y en su estela, mi ser tiembla con un palpitar frenético. A mi lado, mi madre, con sus rasgos esculpidos por el tiempo, no puede ocultar su desconcierto, sus labios entreabiertos revelan la tensión que se propaga en el aire. Pero Drox, en su arrogancia natural, ignora las reacciones a su alrededor, sus ojos fijos en mí, centelleando con un dejo de diversión maliciosa.

Me hace saber que el coronel busca mi presencia. Sus palabras reverberan en el pasillo como un eco sepulcral. Un segundo más tarde, mis pensamientos se sumergen en las profundidades de la incertidumbre, mientras me enfrento al enigma que se yergue ante mí como una sombra indescifrable en el abismo de la noche.

Si antes me sentía perturbada, ahora estoy al borde del desmayo, con el corazón golpeando desesperadamente en mi pecho, como si tratara de escapar de su prisión de carne.

«¿Qué habrá dicho este subnormal?», pienso, mientras la mirada de los presentes parece perforar mi alma, buscando respuestas que ni siquiera yo misma poseo.

—Entiendo... —digo con cautela, mi cabeza inclinándose en un gesto de sumisión calculada, mientras evito el contacto prolongado con sus penetrantes ojos azules. 

Con la misma precaución, me doy la vuelta, girando como un péndulo oscilante, y mi atención se desplaza hacia Kendrick y Evaleen, cuya presencia al lado mío se ha sentido como una eternidad. Sin embargo, en esta ocasión, el silencio que nos envuelve es más que un mero vacío acústico; es un pesado velo de luto que oscurece nuestra realidad, cargado de emociones reprimidas y verdades no dichas.

—Nos veremos cuando salga —murmuro, sin estar segura de qué tan cierto pueda ser eso, las palabras flotando en el aire cargadas de incertidumbre.

—Está bien —responde mi amiga con voz apenas susurrante, su mano aferrándose a la mía con una fuerza que parece trascender los límites del entendimiento humano, como si tratara de anclar nuestra conexión en un mundo que amenaza con desmoronarse a nuestro alrededor.

El miedo de Drox © [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora