13: From Eden.

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Las canciones de Hozier son auténtica poesía, si no las han escuchado están perdiendo el tiempo!! Okno, bai.

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"Cariño, me eres tan familiar como mi reflejo de años atrás."-Hozier.

...

El domingo a primera hora de la mañana, bueno en realidad ya eran las nueve, Charlotte y los chicos estaban en la iglesia como todos los domingos desde que Minho podía recordar, incluso mucho antes de que el rostro de sus padres se volviera más como un sueño que algo real.

Charlotte era una mujer católica, no tan devota pero al menos la profesaba por decir que tenía una religión. Iba a misa todos los domingos, cuando los Lee vivían la acompañaba y convertían el domingo en algo familiar; rezaba antes de dormir y respetaba algunas celebraciones (cuando las recordaba) así que, cuando los chicos comenzaron a crecer, les preguntó si querían ir a la iglesia con ella.

Cuando los padres de los chicos murieron, Charlotte se alejó un poco de su religión esperando consolar el dolor de los niños y el propio, hacer que la herida doliera menos antes de volver a las viejas costumbres. Poco después de que Minho y Felix comenzaron a hacer ballet, les preguntó si querían ir a la iglesia, no necesitaban seguir los sacramentos si sentían que la dejarían tarde o temprano, quería que fueran mayores para poder tomar un camino espiritual y no elegirlo por ellos.

Minho y Felix la siguieron gustosos, más que nada impulsados por la curiosidad, y, desde luego, Hyunjin se vio arrastrado a ello en algún punto. Si bien era el que más se quejaba, tampoco dejaba de ir, principalmente porque su madre insistía en que lo hiciera y, en segunda, porque le gustaba cómo, a pesar de los años, Charlotte les seguía comprando un helado después de la misa.

Además que hoy era especial, era el cumpleaños de Minho.

El mayor era lo suficiente adulto para mantener el rostro pétreo ante el día de su cumpleaños pero en realidad estaba entusiasmado, amaba cumplir años aunque nunca lo mencionaba; eran los regalos, la atención que recibía, cómo todo parecía girar en torno a él al igual que cuando conseguía el papel principal en el recital. Le gustaba tanto la idea de tener un pastel, de hacer algo sólo porque lo había escogido...aunque los abrazos seguían siendo un punto negativo.

Si pudiera, saltaría del entusiasmo, pero no podía permitirse perder la compostura, ya era demasiado que Charlotte les permitiera ir casi en pijama a la iglesia como para abusar de su generosidad saltando por todos lados.

Tarareaba los cánticos, sumido en sus pensamientos, mirando fijamente hacia el altar donde la figura de yeso le contemplaba, casi como si pudiera ver todos sus pecados ocultos; se preguntó si al menos tenía pecados, suponía que no.

Nunca había tenido el remordimiento de haber hecho algo que no debía, de haber abusado de una cosa en específico. Minho había sido perfecto hasta en eso, teniendo lo que bien podría ser un alma blanca.

Muchos podrían creer que mentía, que la soberbia era pecado y Minho tenía mucho de ello, que el orgullo iba de la mano y si fuera una persona entonces sería él, pero estaban equivocados. De buenas a primeras, Charlotte siempre le dijo que el que esté libre de pecado que lance la primera piedra y, en segundo, Minho no era soberbio porque no consideraba a los demás inferiores a ellos ni a él mismo como un superior.

Sí, señalaba los errores de la gente para sus adentros, a veces consideraba tan molestas y fastidiosas algunas personas (el Chico Azul era un buen ejemplo de eso) pero nunca lo hacía con saña, en realidad esperaba que las personas corrigieran sus propios errores. Minho sólo tenía un carácter fuerte, como Charlotte, ganándose rápidamente la etiqueta de prepotente y arrogante, soberbio.

Musa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora