102: Dandelions.

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Bueeenos días, gente madrugadora!! o quizá no tanto, Ya inició el pride month!!! AAAHHH CELEBREMOOOS, Salgan al mundo a pintarlo con sus colores, recuerden que no están confundidos, son válidos, es real y nadie les puede quitar eso, bien? Espero que pronto podamos vivir en un mundo donde tener un color diferente al resto no te haga sentir miedo

En otras cosas, lo prometido es deuda, es sólo que yo no soy buena escribiendo sexo (ah pero no sea para leerlo) asçi que he hecho lo mejor que he podido, así que aquí está, ES UN CAPÍTULO HYUNMIN, en realidad no creo que aporte algo a la trama, salvo una pequeña escena minsung en el medio, pero bueno

Una disculpa si hay errores ortográficos, la mitad de esto lo corregí en la madrugada así que seguramente se me fue un error de dedo ;-; pido perdón

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"He oído hablar de un amor que llega una vez en la vida, y estoy bastante seguro que tú eres ese amor mío." -Ruth B.

...

Jeongin amaba los fines de semana porque no tenía clases, afortunadamente aún no, así que podía quedarse dormido en su cama el tiempo que quisiera antes de tener que ir a trabajar, lo cual estaba muy bien para él.

Ese sábado por la mañana se encontraba aferrándose a su almohada, dormitando después de que todos sus hyung se hubieran ido a sus clases de maestría y doctorados, estaba balanceándose entre la realidad y la fantasía de sus sueños, esperando ser arrastrado a una de las dos partes de nuevo; la luz del sol se colaba por la ventana, Jeongin no sabría decir qué hora era, pero su estómago estaba comenzando a quejar ante la falta de alimento, ¿Jackson se enojaría si tomaba galletas de su escondite? Siempre podía culpar a Sehun.

Tentado, sopesando si realmente valía la pena desayunar aquel día, fue sacado de sus cavilaciones con unos toques insistentes en su puerta, haciendo que Jeongin se quejara y maldijera a quien estaba del otro lado, luchando contra sus ganas de gritarle que no estaba en servicio hasta las 12 de la tarde, y eso porque estaba ignorando su tarea.

Cuando esos insistentes golpes volvieron a sonar, Jeongin sacó la cabeza de la almohada, mirando con ojos lagañosos hacia la puerta.

—Está abierto—anunció, no iba a bajar a abrir—Diga lo que tiene que decir o váyase al diablo.

Desde luego, la puerta fue abierta para darle la bienvenida a Seungmin, luciendo tan impecable a horas impías de la mañana que parecía insultante, ¿acaso no dormía ese chico? Jeongin seguía con pijama y negado a salir de su cama mientras Seungmin ya estaba bañado, peinado y con un atuendo perfecto.

—Eres el diablo—gruñó Jeongin, volviendo a acostarse y cubriéndose el rostro con la manta—Vete, dijiste que tienes una cita ahora.

—Hyunjin se está arreglando y me corrió de la habitación—aclaró Seungmin, subiéndose sin ceremonias a la litera de Jeongin—Hazte a un lado, anda.

—No, déjame dormir—se quejó el menor, igual dándose la vuelta hacia la pared para que Seungmin se dejara caer a su lado— ¿Decidiste que ibas a molestarme en lo que tu novio venía por ti?

—Te traje esta cosa que te gusta—aclaró, sacando de su bolsillo un pequeño pastelito envuelto en plástico—Pero si quieres, se lo doy a Hyunjin.

Insultado de que lo compraran con comida, Jeongin le arrebató el pastelito y se sentí en la cama para poder comerlo, compartiendo un agradable silencio con Seungmin; era algo que apreciaba de su amistad, lo fácil que eran las cosas entre ellos, lo bien que se entendían sin la necesidad de decir mucho.

Musa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora