Musa.

117: Neutron Star Collision I

No me gusta ser un adulto ;-; como me voy de baja, oiga???

Muse, amo Muse, vivo por Muse, que así se llame el Fic no significa nada jsjsjs

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"El mundo está roto, los halos no brillan. Tú intentas hacer una diferencia, pero nadie quiere escuchar." -Muse.

...

Cuando Jisung había mencionado que iría a casa de sus padres en su semana de vacaciones, Minho lo sintió más como una idea que un hecho, después de todo el chico no había sonado demasiado seguro y entusiasmado con ello, así que fue una sorpresa cuando el lunes por la mañana Jisung le llamó diciendo que estaba saliendo a Bussan y lo veía hasta el domingo.

Bien, Minho no comprendía la relación que Jisung pudiera llevar con sus padres y, ciertamente, tampoco entendía lo que era volver a verlos después de un tiempo. Quizá Jisung estaba más entusiasmado de pasar tiempo con ellos de lo que dejó ver, y aun así se encontraba un poco molesto al respecto porque Minho había querido pasar todo ese tiempo con él ya que, una vez comenzadas las clases, iba a ser muy difícil verse.

El último filtro de Juilliard estaba cada vez más cerca, Charlotte comenzaba a insistir con que siguiera practicando en su tiempo libre y ya les había llevado con la nutrióloga para que les cambiara la dieta con una presentación tan cercana; todas las mañanas se despertaba y tachaba otro día en su calendario, ¿era la cuenta regresiva para cumplir sus sueños? ¿O los días que le quedaban con Jisung? Difícil saberlo y, llegados a ese punto, Minho ya ni siquiera diría algo.

Hubo un momento donde se preguntó si bailar era su sueño, donde realmente se detuvo y se dijo a sí mismo si esto era lo que realmente quería. Felix parecía aún tener dudas al respecto, pero Minho ya no.

Durante mucho tiempo bailó porque tenía que hacerlo, interpretó coreografías hechas por alguien más e hizo el papel que le correspondía. Sin embargo, Jisung le había hecho bailar porque quería, encontró un canal para expresarse después de sentirse aislado y solitario durante mucho tiempo. El ballet se volvió una razón, un modo de expresarse más allá de todo lo que se le pidió por años, Jisung le hizo sentir que bailaba porque quería hacerlo y no sólo porque era lo que se esperaba de él.

Teniendo eso en cuenta, Minho se preguntaba si al final valdría la pena, ¿sería lo suficiente bueno? ¿Su corazón aprendería a vivir con la ausencia de Jisung durante tanto tiempo? ¿Sería su baile lo que le mantendría incluso si no seguía en su vida? ¿Qué pasaría después de Juilliard? Era probable que Jisung se volviera una celebridad siguiendo sus sueños, con estadios enteros cantando su nombre, ¿Minho sólo volvería a Corea y ya?

¿Dónde estarían los grandes teatros para él? ¿Las ovaciones de pie y los letreros con su nombre en luces neón? No era un secreto que Nueva York era el sueño para una infinidad de bailarines, siguiéndole de cerca el Ballet Ruso y el Royal Ballet. Sabía que, una vez egresado de Juilliard, compañías profesionales podrían contratarlo para interpretar diferentes obras alrededor del mundo, eso significaba que no tendría del todo una residencia permanente y, si la tuviera, tendría que ser cerca de esa compañía.

Miró fijamente el documento que estaba redactando para su tarea, apoyando la barbilla sobre su rodilla mientras sus ojos se desviaban a la ventana detrás de su escritorio; tres años de maestría en Juilliard ¿y luego qué? ¿Volver a casa para enseñar en una pequeña academia? ¿Enmarcar aquel papel como una vieja fotografía? ¿Hacer eso sólo si Jisung estaba en su final?

Sus ojos ardieron en lágrimas no derramadas, temeroso del futuro como nunca fue, inseguro de cada decisión que ha tomado y que lo llevó a esa encrucijada que antes le habría sido demasiado fácil resolver. Días como aquellos le hacían odiar el momento en el que Jisung chocó con él, porque habría sido más fácil para Minho nunca conocerlo, porque amarlo de esa manera no lo estaría metiendo en aquel predicamento.