25: Strawberry Shortcake.

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A pesar de que la canción habla de los estereotipos a los que están sometidas las mujeres, creí que abarcaba gran parte de lo que se maneja en el capítulo c:

Advertencia: Algo de contenido sexual implícito, mención de toma de decisiones bajo el alcohol (o algo así) y mención de otros idols.

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"Porque es cómo luzco y no cómo pienso." -Melanie Martinez.

...

En las fiestas hay una hora específica en donde todo se convierte en un borrón de luces e imágenes sin sentido que te hace perder la noción del tiempo y el espacio.

Es esa hora donde has llegado al clímax del éxtasis y la diversión, gritando a todo pulmón y donde cada canción que tocan es tu favorita. Te balanceas en el borde de la inconsciencia y la consciencia, decidiendo si puedes beber más o es hora de detenerse. Es ese punto de inflexión donde todo el mundo es tu mejor amigo, donde todas las chicas, o chicos, son atractivos y, cuando menos lo piensas, alguien está besándose con alguien que en su vida ha conocido mientras otros se abrazan amorosamente a la maceta del rincón.

La hora en donde se decide si la fiesta valió la pena o no, donde miras a tu alrededor y debates si aquella fiesta estará en el TOP 3 de parrandas legendarias o en el TOP10 de fiestas que fueron más reuniones de estudio.

Hyunjin, sin duda, colocaría aquella fiesta en su TOP 3 porque había llegado a esa hora donde se sentía en el centro de la centrífuga, viendo todo a su alrededor girar sin sentido, cantando cada canción que ponían y, sobre todo, llegando al clímax de las relaciones de una sola noche donde posiblemente mañana ya ni siquiera recuerde el nombre de la chica.

Él no solía hacer eso, especialmente cuando se supone que debe estar cuidando a Minho y Felix de cometer la misma tontería, pero había estado estresado y aburrido las últimas semanas así que sólo se dejó llevar, o quizá su subconsciente había decidido llenar la soledad que sentía cuando veía a Seungmin con su novia.

Bailó con aquella diminuta y bonita pelinegra vestida de ángel con un corto vestido negro y largos tacones de tiras; con todo el maquillaje y las luces intermitentes, Hyunjin no podría decir si la conocía o no y, cuando consiguieron una habitación en el piso de arriba, difícilmente iba a concentrarse en su rostro cuando su único objetivo, el de ambos, estaba entre las piernas del otro.

Era buena y no, no se refería a que hacía bien el sexo, eso era un trabajo de equipo, si uno apestaba entonces el otro tampoco lo estaba haciendo bien. Se refería a que, en la poca conversación que tuvieron en la pista de baile y antes de comenzar a besarse en un rincón del piso de abajo, ella había sido divertida, agradable. Ella no parecía deslumbrada por Hyunjin, se veía que al día siguiente no lo buscaría por el campus lloriqueando (que si le había pasado antes o no, eso no era asunto de nadie).

Fue rápido aunque placentero; a pesar de estar alcoholizado, Hyunjin se aseguro de hacerlo bien para no lastimarla y para que, al menos, ella llegara un poco antes que él, no queriendo hacerla sentir incómoda si no terminaba.

Tampoco es que Hyunjin fuera un dios en la cama, era humano, a veces ni siquiera lograba que se le levantara o terminaba demasiado rápido, cosas tan reales que los libros y las películas dramatizaban tanto que nadie se ponía a pensar en eso.

También en las chicas, a Hyunjin se le dificultaba encontrarles el clítoris porque, ciertamente, no todas lo tenían igual, algunas lo tenían más expuesto que otras, así que era complicado. Cada cuerpo era diferente y tenías que leerlo bien si querías hacerlo disfrutar, o aprender a leerlo rápido si estabas en la misma situación que Hyunjin esa noche, con una desconocida en una cama de algún pobre incauto que sufriría un infarto si se enteraba que dos desconocidos follaron en su lugar de dormir, jadeando y gimiendo hasta correrse.

Musa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora