123: A Little Death.

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muuy buenas, gente bonita de interneet!! Al fin después de tan larga ausencia, he regresado

Se supone que hay una escena +18, la más esperada por toda la televisión nacional, pero no me siento muy segura de ella, así que espero sea suficiente para ustedes ;-;

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"Una noche que ellos nunca olvidarán." -The Neighbourhood.

...

Hyunjin fue el primero en verlos, quizá debido a lo alto que era o porque su corazón reconocería a Seungmin a millas de distancia entre una marea de personas, difícil saberlo, pero fue el primero en correr a su dirección, lanzándose a los brazos de su novio importándole poco que aún estuviera usando la ropa de la presentación y estuviera empapado de sudor.

— ¡Mong-Mong! ¿Me viste?—cuestionó con entusiasmo.

Seungmin abrió los brazos para él, riendo cuando fueron llenados por un bailarín de metro con ochenta, sus largas piernas envolviéndose en su cintura y ambos girando entre las personas, riéndose entre dientes. Hyunjin se bajó de un salto, se pasó una mano por el cabello para apartarlo de su rostro y miró con ojos brillantes a su novio, el entusiasmo de haber bailado en la presentación del año, de no haber cometido ningún error y, en un eco de ese sentimiento, el orgullo brillando en los de Seungmin.

—No podía mirar a cualquier otro lado—asintió Seungmin, sintiendo su estómago revolotear al ver la sonrisa de Hyunjin—Te traje esto—aclaró, mostrándole el pequeño ramo de rosas—No es mucho, realmente, pero-

Los labios de su novio no lo dejaron terminar; las manos de Hyunjin, firmes, sostenían con fuerza su rostro y lo besaba con devoción, reduciendo un poco la velocidad de su entusiasmo y euforia a favor de derretirse contra él, soltándolo poco a poco antes de pasar ambos brazos alrededor de sus hombros y sentir que Seungmin lo sujetaba de la cintura.

Realmente nunca tuvo a nadie que lo apoyara más allá de los Lee y sus padres; si bien su padre no estaba muy entusiasmado con la idea de él estudiando danza, no se perdió ninguna presentación, ya fuera por decisión propia o de Eunji. Ambos siempre estuvieron entre el público, lo felicitaron cada vez y siempre le regalaron un ramo de flores tan grande y hermoso, claveles rosas y rojos, y cada uno acomodado por su madre.

Sabía que significaba orgullo y amor, sus padres le decían a su manera que lo amaban y estaban orgullosos de él y de lo que hacía, pero al final del día sólo recibía a sus padres. Los Lee lo abrazaban detrás de cada escenario y le vitoreaban al finalizar cada presentación. Nadie más fue sólo por él, nadie compró flores pensando en él.

Nadie más fue Seungmin.

Rosas rojas, un pequeño ramo de rosas rojas, todas ellas tan brillantes como la sangre, del color de los labios de Hyunjin después de cada beso que Seungmin le daba con fervor cada noche, tan rojas como el cielo sangra cuando atardece y él lo mira desde una ventana manteniendo a aquel chico en sus brazos.

El rojo era el color que intensificaba todos los sentimientos, sino es que la gran mayoría, y Seungmin no era muy expresivo con sus propias emociones, aún prefería mandarle a Hyunjin una canción que hablara por él antes de decirle con cada letra de la oración lo mucho que le amaba, pero siempre supo que él era rojo. A veces una advertencia, otras veces una pasión. Tan rojo que intensificó todo su corazón.

—Te amo—susurró Hyunjin contra sus labios, apartándose lo suficiente para tomar aquellas flores—Es más que suficiente, Seungmin.

—Changbin dijo que dirías eso—asintió el menor con un pequeño mohín, pensativo.

Musa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora