Londres,Agosto 1896
La Cena de Medianoche está media apagada, a pesar del número de invitados. El Circo se está preparando para una función cerca de Londres, habiendo partido de Dublín recientemente, así que hay un puñado de artistas presentes. El Sr. Ramier se encuentra de visita en Viena, también.
Marinette Brown pasa gran parte de la comida hablando con Mme. Gina, quien está sentada a la izquierda, está cubierta en seda azul- lapislázuli. El vestido que Marinette lleva es un diseño de Gina, uno que se creó para que ella actuara, pero luego lo consideró inapropiado, la tela de plata capturando la luz en cualquier curva y de tal manera que resultaba demasiado molesto.
El efecto fue tan halagador que Marinette no podía soportar la idea de darse por vencida, y en su lugar lo conservó como ropa normal.
—Alguien no puede mantener sus ojos fuera de ti, querida —remarca Mme. Gina, de manera sutil inclinando su vaso en dirección a la puerta, donde Adrien está de pie en silencio, sus manos cruzadas tras su espalda.
—Tal vez él admira tu trabajo —dice Marinette, sin girar.
—Yo apostaría a que él está más interesado en el contenido que en el propio vestido.
Marinette se ríe, pero sabe que Mme. Gina está en lo correcto, ya que siente la mirada de Adrien quemar en la parte posterior de su cuello durante toda la noche, y le está resultando cada vez más difícil ignorarlo.
Su atención sólo flaquea lejos de Marinette una vez, cuando André tira una copa de cristal pesada que por muy poco evita chocar contra uno de los candelabros, derramando el vino tinto sobre el brocado de oro del mantel.
Pero antes de que Adrien pueda reaccionar, Marinette salta a sus pies desde el otro lado de la mesa, parando el cristal, sin tocarlo, un detalle que sólo André tiene la perspectiva adecuada para darse cuenta. Cuando ella aparta su mano, el vaso está lleno de nuevo y el mantel inmaculado.
—Torpe, torpe —André murmura, mirando con recelo a Marinette antes de irse a continuar su conversación con el señor Ramier.
—Podrías haber sido una bailarina —le comenta Mme. Gina a Marinette—. Eres muy buena con los pies.
—Soy buena sin mis pies también —dice Marinette, y el Sr. Ramier casi derriba su vaso mientras que Mme. Gina sofoca una risa.
En lo que queda de la cena, Marinette mantiene un ojo vigilante sobre André. Él pasa la mayor parte del tiempo discutiendo algún tipo de renovación a la casa del Sr. Ramier, repitiéndose a sí mismo cuando éste simulaba no escucharlo. André no toca la copa de vino de nuevo, y todavía está llena cuando se termina la comida.
Después de la cena, Marinette es la última en salir. Durante el éxodo, no ubica su chal y se niega a permitir que nadie espere mientras ella lo busca, enviándolos hacia la noche.
Resulta difícil, tratar de localizar una parte de encaje color marfil en el caos singular de la maison Bourgeois. A pesar de que vuelve sobre sus pasos a través de la biblioteca y del comedor no está en ningún lugar.
Finalmente, Marinette abandona su búsqueda y vuelve al vestíbulo, donde Adrien está de pie junto a la puerta con su chal doblado casualmente en el brazo.
—¿Está buscando esto, señorita Dupain? —pregunta, moviéndose para colocarlo sobre sus hombros pero la puntilla se desintegra entre sus dedos, cayendo en forma de polvo.
Cuando la mira, ella está usando el chal, atado a la perfección, como si nunca hubiera sido retirado.
—Gracias —dice Marinette—. Buenas noches. —Ella se retira tranquilamente de su lado, por la puerta sin que él pueda responder.
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Le cirque des Rêves (Adrinette/Feligette)
FanfictionSummary: El circo llega sin previo aviso. No hay anuncios que lo precedan. Simplemente está allí, cuando ayer no lo estaba. Dentro de las capas de lona a rayas negras y blancas es una experiencia completamente única, llena de asombros impresionantes...