Montreal, Agosto 1902
Después de que la ilusionista hace una reverencia y desaparece ante los ojos embelesados de su audiencia, ellos aplauden al aire vacío. Se levantan de sus asientos y algunos charlan con sus acompañantes, maravillándose por este truco mientras salen en fila por la puerta que ha reaparecido en el costado de la carpa a rayas.
Un hombre, sentado en el círculo interno de sillas, permanece en su asiento mientras los demás se van. Sus ojos, casi escondidos por la sombra que proyecta el ala de su sombrero, están fijos en el espacio en el centro del círculo que la ilusionista ocupó sólo unos momentos atrás.
El resto de la audiencia parte. El hombre continúa sentado.
Después de unos cuantos minutos, la puerta se desvanece en la pared de la carpa, invisible una vez más.
La mirada del hombre no flaquea. Ni siquiera voltea la mirada hacia la puerta que se desvanece.
Un momento después, Marinette está sentada en una silla a través del círculo, todavía vestida como lo había estado durante su presentación, con un vestido negro cubierto con delicados lazos blancos.
—Normalmente te sientas atrás —dice ella.
—Quería una mejor vista —dice Adrien.
—Te las ingeniaste para estar aquí.
—Tenía que tomarme un día festivo. —Marinette baja la mirada a sus manos.
—No esperabas que viniera hasta aquí, ¿cierto? —pregunta Adrien.
—No, no lo esperaba.
—Es difícil esconderse cuando viajas con un circo entero, sabes.
—No me he estado escondiendo —dice Marinette.
—Lo has hecho —dice Adrien—. Intenté hablar contigo en el funeral de Herr Thiessen, pero te fuiste antes de que pudiera encontrarte y luego llevaste al circo a través del océano. Me has estado evadiendo.
—No fue enteramente a propósito —dice Marinette—. Necesitaba algo de tiempo para pensar. Gracias por la Piscina de Lágrimas —añade.
—Quería que tuvieras un lugar en donde te sintieras lo suficientemente segura si yo no podía estar contigo.
Ella cierra los ojos y no responde.
—Robaste mi libro —dice Adrien tras un momento.
—Lo lamento —dice ella.
—Mientras esté en algún lugar seguro no importa si lo tienes tú o lo tengo yo. Pudiste habérmelo pedido. Pudiste haberte despedido.
Marinette asiente.
—Lo sé —dice.
Ninguno de los dos habla por un rato.
—Estoy intentando que el circo sea independiente —dice Marinette—. Separarlo del desafío, de nosotros. Necesitaba aprender tu sistema para hacerlo funcionar apropiadamente. No puedo dejar que un lugar que es tan importante para tantas personas se desvanezca. Algo que es una maravilla, una comodidad y un misterio juntos, algo que ellos no tienen en ninguna otra parte. Si tuvieras eso, ¿no querrías guardarlo?
—Tengo eso en cualquier momento que estoy contigo —dice Adrien—. Déjame ayudarte.
—No necesito tu ayuda.
—No puedes hacer esto sola.
—Tengo a Xavier Ramier y a Etta Cesaire —dice Marinette—. Han accedido a asumir la dirección para las operaciones básicas. Con un poco más de entrenamiento, Bridgette y Marin deberían poder controlar los aspectos de manipulación que Xavier y Etta no pueden. Yo... no te necesito. —Ella no puede mirarlo a los ojos.
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Le cirque des Rêves (Adrinette/Feligette)
FanfictionSummary: El circo llega sin previo aviso. No hay anuncios que lo precedan. Simplemente está allí, cuando ayer no lo estaba. Dentro de las capas de lona a rayas negras y blancas es una experiencia completamente única, llena de asombros impresionantes...