Londres, Septiembre 1885
Aproximadamente una vez al mes hay unas no-bastante regulares cenas programadas que son referidas por los invitados como Cenas Circenses. Son una amalgama nocturna de un evento social y una reunión.
Mme. Gina siempre está entre los presentes y una o ambas de las hermanas Cesaire son de primera necesidad. El señor Ramier se les une tan a menudo como su horario se lo permite, ya que viaja bastante y no es tan flexible como él lo desearía.
El señor G. A— Aparece rara vez. Ella comenta que parece que tienen reuniones más productivas después de la cena cuando está ahí, pero ofrece sólo sugerencias ocasionales en cuanto a cómo el propio circo debe ser regulado.
En esta noche en particular, sólo las damas están presentes.
—¿Dónde está nuestro señor Ramier esta noche? —Mme. Gina pregunta luego de que las hermanas Cesaire arriban, debido a que él habitualmente les acompaña.
—Se encuentra en Alemania —Etta y Ella corean al unísono, haciendo reír a André mientras les entrega a ambas sus copas de vino.
—Está rastreando a un relojero —continúo Etta sola—. Algo sobre la puesta en marcha de una obra para el circo, estaba muy entusiasmado sobre ello antes de irse.
La cena de esta noche no tiene entretenimiento programado, ni siquiera el acompañamiento estándar del piano, no obstante el entretenimiento aparece sin ser anunciado.
Se llama a si misma Kagami, pero no aclara si es su nombre o su apellido.
Es pequeña, pero no diminuta. Cabello corto negro media-noche está ingeniosamente arreglado. Usa un abrigo negro que es demasiado largo para ella, pero lo lleva de tal manera que parece colgar como un reloj y el efecto es bastante elegante.
Adrien la deja en la entrada, esperando pacientemente bajo la amenazante estatua de una cabeza de elefante de oro, mientras él trataba de explicar la situación a André, que por supuesto resulta en que todos los invitados a la cena fueran al vestíbulo para saber el porqué del escándalo.
—¿Qué te trae aquí a estas horas? —André pregunta perplejo. Cosas más extrañas han pasado en la maison Bourgeois que un entretenimiento inesperado, y la pianista a veces envía remplazo cuando no está libre para una cena.
—Siempre he sido nocturna —es la única respuesta de Kagami, y no entra en detalles en cuanto a los giros del destino que la trajeron a este lugar en este momento, pero la sonrisa que acompaña su sentimiento enigmático es cálida y contagiosa. Las hermanas Cesaire le ruegan a André para que la deje quedarse.
—Estamos a punto de sentarnos para cenar —dice André con el ceño fruncido—. Pero eres bienvenida a unírtenos en el comedor, para hacer... lo que sea que tú hagas.
Kagami se inclina, y la sonrisa aparece de nuevo.
Mientras el resto de ellos regresan al comedor, Adrien toma su abrigo, dudando cuando ve lo que hay bajo él.
Ella usa un vestido menudo que sería probablemente considerado escandaloso en otra compañía, pero esta reunión no se escandaliza con facilidad. Es más una franja de tela roja puesta en su lugar por un corsé más ceñido que el propio vestido.
Y no es la relativa insustancialidad de su ropa lo que hace a Adrien mirar, sino el tatuaje que se desliza por su piel.
Al principio, es difícil discernir que es, la cascada de marcas negras que giran en su hombro y cuello, terminan justo sobre su clavícula en el frente desapareciendo detrás de los cordones de su corsé en su espalda. Es imposible decir hasta donde viajan esos tatuajes.
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Le cirque des Rêves (Adrinette/Feligette)
FanfictionSummary: El circo llega sin previo aviso. No hay anuncios que lo precedan. Simplemente está allí, cuando ayer no lo estaba. Dentro de las capas de lona a rayas negras y blancas es una experiencia completamente única, llena de asombros impresionantes...