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Capítulo 38.
Aquí, de nuevo.



— Oh, hola, __________. ¿Cómo ha pasado la noche?—escuché la voz de Gabriel.

— Bien, gracias por preguntar.—sonreí, un poco roja.

— Sé que no preguntará al respecto, pero no, no vamos a dejarla en el infierno por haberse acostado con un demonio.—dijo, sonriendo— Si es que en un primer lugar eso la asustaba.

— Daba por hecho que sus normas no fueran tan estrictas en esos aspectos.—me rasqué la cabeza, avergonzada.

— Lo son, pero no te podemos condenar por algo así tras tu muerte. A esa parte todavía no hemos llegado... y tal vez no lo hagamos.—dijo guiñando un ojo, cómplice— De todos modos, no entraré en detalles.

— ¿Para qué me ha citado hoy aquí?—pregunté con un poco de curiosidad.

— Oh, casi se me olvida.—rio levemente— Hemos enviado a unos pocos querubines para ayudar con la redención. El cielo está muy vacío ultimamente, a My Lord no le importará que los demonios se conviertan en ángeles.

— Eso es una excelente noticia.—sonreí ampliamente.

— Tardarán de uno a dos días en ir, todavía los estamos preparando. Pero avise a la princesa cuanto antes, por favor.

— Sí, por supuesto.—le contesté.

Acto seguido abrí los ojos, encontrándome el pecho de Alastor. Me separé, estirándome contentada.

Escuché que alguien aporreaba la puerta múltiples veces. Tomé mis pantalones del suelo y corrí hacia la puerta, en la que me encontré a un demonio bajito, el cual se asustó al ver que abrí la puerta tan bruscamente.

— Oh, hola.—le sonreí— ¿Qué se te ofrece, pequeñín?—le pregunté.

— La princesa requiere de su audiencia, señorita Lux.—dijo, recomponiéndose un poco- Es de vital importancia que asista cuanto antes al hotel.

— Claro, enseguida iré. Avisaré a Alastor.

El pequeño asintió.
Corrí hacia la habitación, zarandeando a Alastor levemente para levantarlo. Gruñó levemente y abrió los ojos, sonriendo.

— Buenos días.—le besé la mejilla— Charlie me está buscando ahora, así que voy a ir de vuelta al hotel.

— Permíteme acompañarte entonces.-se rascó levemente la cabeza— Primero me pondré algo decente.—rio dulcemente, para después robarme un beso e irse.

Esperé pacientemente tras haberme puesto los zapatos y finalmente le vi salir del baño, vestido.

— ¿Piensas ir con mi pijama?—preguntó, tomándome del cuello de la camisa.

— Ayer hice mo mismo. Esa camiseta es la parte de arriba de mi pijama.—reí, haciéndole apartar la mirada, riéndose.

Finalmente marchamos junto al pequeño demonio hacia el hotel. No tardamos mucho en llegar. Cuando cruzamos las puertas no vimos a nadie, pero escuchamos varias voces. Husk y Vox estaban hablando, mintras que Niffty canturreaba.
Alastor tomó un camino distinto, diciendo que volvería a su casa a arreglarla un poco. Sinceramente no le di mucha importancia. Tenía mucha más curiosidad por lo que Charlie me estaba llamando.

— ¡Hola!—saludé a los tres, los cuales me devolvieron el saludo enseguida.

— ¿Qué te ha pasado en el cuello?—preguntó Husk, bajando mi mirada enseguida.

━━ 𝐃𝐈𝐋𝐎    Alastor .Donde viven las historias. Descúbrelo ahora