𝐃𝐔𝐄

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Noche introductoria.

     Alastor enseguida apareció de nuevo con la comida en un pequeño cazo, y me la sirvió

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     Alastor enseguida apareció de nuevo con la comida en un pequeño cazo, y me la sirvió. El resto supuse que se lo comería él, ya que también había traído una cuchara para él.

     — Disfrútela.—dijo, tratando de no atragantarse con sus propias palabras.

     Asentí levemente.
     Tomé la cuchara y comí un poco. La verdad es que tenía buen sabor, no se lo puedo negar.
     Vi al lado mío a Alastor comiendo también, hablando tranquilamente con el gato.
     Sentí que tanto Angel Dust como Vaggie estaban petrificados, y siquiera sabían cómo reaccionar.
     Intenté romper el hielo.

     — ¿Vosotros no coméis?—pregunté, algo tonto por mi parte.

     No contestaron.
     Sin embargo, por el rabillo del ojo pude ver a Charlie entrando. Sentí cómo mis músculos se relabajan enseguida al verla sonreír.

     — Hola, _______. Antes iba a ir a buscarte, pensé que podría haberte pasado algo malo.—dijo ella.

     — Estoy bien, no te preocupes, de verdad.—sonreí tímidamente.

     Comía mientras ella me contaba sus planes de futuro mientras yo comía tranquilamente. Me sentía tan relajada escuchando cómo pretendía purificar a los demonios... Era extraño.

     — Tengo algo de sueño, si no os importa, me retiraré a mi habitación.—dije, rascándome un ojo, que ya comenzaba a notar los signos del sueño.

     — Te sigo, creo que me vendrá bien un buen sueño ahora mismo.—dijo Angel, tratando de disimular que estaba peor que yo.

     — ¿A dónde vas a ir tú, Angel?—cuestionó Charlie, sorprendida.

     — Con ella. Compartiremos habitación.—dijo él.

     — De eso nada.—saltó Vaggie— Ya te he dicho que puedes dormir en el sofá si quieres, pero déjala en paz.—dijo

     — No me importa en absoluto, de verdad. Se puede quedar si quiere.—sonreí cansada.

     Volví a rascarme los ojos, y acto seguido bostecé. Estaba empezando a sentir que no iba a aguantar mucho más ahí.
     Me levanté, esta vez dispuesta a irme a mi cama.
     Alastor reaccionó a mi marcha.

     — ¿Os acompaño?—cuestionó.

     — No, no será necesario.—contesté por ambos.

     — Aún de ese modo. Permítame.—se levantó ampliando un poco su sonrisa.

     A pesar de haberme negado, él subió junto a nosotros las escaleras, que ya no chirriaban, y fuimos a mi habitación. Una vez allí, Angel entró primero y se tiró a la cama, haciendo un sonido parecido al de una persona sufriendo pero muy cansada.
     Alastor cerró la puerta unos momentos.

━━ 𝐃𝐈𝐋𝐎    Alastor .Donde viven las historias. Descúbrelo ahora