━━ 𝐃𝐈𝐋𝐎 Alastor .

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Capítulo 33.
Hasta luego.

Para cuando abrí los ojos de nuevo era de día. El sol se colaba por la ventana, agresivo, iluminando con fuerza la habitación. Me estiré levemente y tallé mis ojos.
Miré a mi lado a la figura que me había abrazado la cintura. Abrí los ojos bastante por un instante. Un chico al cual no conocía estaba tumbado a mi lado, sonriendo. Llevaba un traje junto a una pajarita rojiza, y mantenía una sonrisa en su rostro.
La habitación también era distinta a lo habitual, aunque por alguna razón te sonaba muy familiar. Mucho más de lo que recordaba.

El chico pareció despertarse al fin, y se incorporó sobre sí misno. Me miró sin separarse de esa sonrisa, ahora siniestra.

— Buenos días, __________. ¿Has dormido bien?

Su voz era curiosamente muy parecida a la de alguien que ya conocía. Se me hacía todo en él muy conocido.
Sin embargo, no pude relacionarlo con lo que estaba recordando... porque mis recuredos eran confusos, y se desvanecían cada vez que pensaba que había alcanzado una respuesta.

— Sí, ¿tú... quién eres?—pregunté, curiosa.

Él amplió su sonrisa.

— Cariño, soy yo, ^'∆℅£0r. ¿Es que no te acuerdas de mí?

Su nombre fue completamente incomprensible a mis oídos, y quise volver a preguntarle, pero él ya se estaba levantando de la cama.

— Vamos, cariño. Otro maravilloso día nos espera ahí afuera. Vayamos juntos a disfrutarlo.

— Lo... Lo siento mucho. Ya tengo pareja.—rechacé su mano, la cual había ofrecido amablemente para que la tomase.

— Claro que sí, __________, cariño. Soy yo. Vamos, tenemos muchas cosas que hacer. Levanta de la cama.

Su amabilidad me estaba empezando a desconcertar, y sus gestos apaciguados y tranquilos también. Sin embargo, tenía algo. Algo extraño. Su acento, su voz... Me recordaban a alguien.

Se dispuso a sacarme de allí, sin embargo, empecé a sentir un mareo horrible y un dolor punzante en la cabeza.
Abrí los ojos. Estaba en otra habitación ahora.

— Oh, querida, has despertado.—escuché la voz de Alastor a mi lado.

— He tenido un sueño muy raro.—dije— Desperté al lado de un chico al cual no conocía, pero que al mismo tiempo me recordaba a...

— ¿A quién, cariño?

— A ti...

La apariencia era completamente distinta, eso estaba claro. Aquel chico parecía humano de verdad, mientras que Alastor... Bueno, es Alastor. Un demonio.

— ¿Y dime, qué mas?—parecía interesado. Supuse que estaba alimentando su ego, así que continué.

— Me dijo que me levantara de la cama para empezar un nuevo día, y eso iba a hacer, pero me sentí mal y me desperté.

— Bueno, fue un sueño corto.—Alastor se levantó de la cama y se puso su Chesterfield rojo— Aunque estoy de acuerdo con aquel caballero. Levántate, es hora de comenzar un nuevo día. Quiero llevarte a un sitio especial...

Levanté una ceja. Poco a poco me fui incorporando de nuevo. Me dolía el cuerpo todavía, a pesar de ya haber pasado un par de días del secuestro. Aunque cuando fingía que estaba bien, poco a poco iba olvidándome del dolor.
Me fui al cuarto compartido con Angel y Husk, y tomé algo de ropa. Encontré un vestidito de los que siempre me solía encargar Alastor, al cual no le dije que no. Me fui al baño y me aseé y vestí, como un día normal y corriente.