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Capítulo 21.
Ese hombre...

De nuevo había sido invitada a salir con Alastor, al club de Mimzy. Quise aprovechar  por supuesto, ya que sabía que se llevaría a Rosie, para ir a hablar con Mimzy un rato.

En el camino me mantuve callada, para no molestar a Rosie. De hecho, me puse a pensar en mis cosas, observando la ciudad.
Como en los demonios.
Nunca antes había visto a un demonio tan adorable: una cabrita con vestidito y una sonrisa adorable. Cuando me avistó amplió su adorable sonrisilla y yo se la devolví.
Continué mi camino mirando al frente.

Cuando me quise dar cuenta, habíamos llegado ya al club. Quise ir directamente a hablar con Mimzy, sin embargo Alastor me tomó de las caderas y me atrajo hacia él.
Sentí un calor extremo en el pecho y en el rostro.
Me obligó a sentarme, al lado de él. Me rodeó con su brazo una vez se había sentado. Tragué saliva, nerviosa.

Pude ver una mirada fulminante de Rosie.
Intenté hacerla ver que no tenía ni puta idea de porqué estaba en este plan conmigo.

— Oh, querida, tienes algo en el cuello.—dijo Alastor, tras haber estado jugueteando con mi cabello— Una pelusilla.

La dejó caer.
Sin embargo eso no fue lo importante.
Rosie estaba bastante molesta, intentando buscar una excusa para sacarme de ahí. Y por una vez, yo estaba cooperando.
Alastor se fue una vez vio que uno de sus amigos estaba pasando por el lugar.

— Espero que te alejes de él o te lamentarás.—me dijo, tomando mi camiseta y amenazándome de cerca.

No, en absoluto, no había entendido lo que quería decirla, pero aprovecharía esta oportunidad.
Me levanté del sitio, saliendo.
Ella sonrió, pensando que finalmente me había rendido.

— ¡Oh, suerte que estás de pie, querida!—sonrió Alastor, tomándome de la mano.

Pedí auxilio con la mirada a Rosie, la cual estaba ciega de la ira y los celos.
No me serviría de nada.

— ¿Qué ocurre, Alastor?—cuestioné, temblorosa.

— ¡Bailemos!—dijo.

Tomé una enorme bocanada de aire. ¿Bailar? ¿Yo con él?

— No, no, no bailo.—dije alejándome de él— Oye, Rosie tiene talento para eso, ¿por qué no de lo pides a ella?—intenté cargarla el muerto.

Él suspiró.

— Supongo que no puedo obligarte.—dijo.

¿Disculpa? ¿Eres tú Alastor de verdad? El verdadero me hubiera hecho bailar hasta morir, literalmente. Sin embargo, ¿no quería obligarme?

— No, no es que me obligues ni nada... Simplemente no sé bailar. Y Rosie sí. Así que... Ella no te hará pasar vergüenza.

Los ojos de Alastor expresaban desilusión. Supuse que en verdad sí que quería bailar conmigo. Sin embargo, hizo como que no le importaba, para aparentar ser el mismo.
Se acercó a Rosie junto a mí.

— A petición de __________, quisiera invitarte a bailar, querida.—dijo.

Me había expuesto.

— Oh...—dijo, mirándome sorprendida.

Me encogí de hombros.
Ella me dedicó, por única y creo que última vez una sonrisa. Una pequeñita, pero que le favorecía.

— Gracias...—susurró tras pasar a mi lado.

Me sentí bien, pero me arrepentía de alguna manera por no haber tomado la clase de baile en pareja que Luther propuso. Los vi bailar, mientras Mimzy cantaba. Puse toda mi atención sobre ella.

━━ 𝐃𝐈𝐋𝐎    Alastor .Donde viven las historias. Descúbrelo ahora