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Capítulo 28.
Valentino.

— Cariño.—me llamó Alastor.

Me embelesaba que me dijera este tipo de cosas, por alguna razón. Él se quedó mirando mis ojos, esperando una respuesta.

— ¿Todo bien?—preguntó.

— Sí, por supuesto, todo genial.—contesté, dejando al final un pequeño suspiro.

Se acercó a mí, tapándome de nuevo con la sábana. Me acurrucú cerca de él, y me besó.

— Bien, me iré a hacer lo mío.—dijo, tras levantarse.

— Oh, ¿hoy también te vas?—le cuestioné, echándole en falta a pesar de tenerlo delante.

— ¡Claro! El caos no se hace sólo, querida mía.

Aburrida, observé cómo se desvestía, quitándose el pijama. Sabía que en realidad tenía cierto ápice exibicionista, porque podía cambiarse de ropa con chascar los dedos.

Aparté los ojos, conservando lo que le quedaba de privacidad.

— Aunque si lo que quieres es pasar tiempo conmigo...—dijo, subiéndose los pantalones— Mañana puedo dedicarte todo el día a ti, y sólo a ti.—se acercó a besarme.

— Ojalá fuera más que mañana.—le intenté suplicar, pero ya me tenía entre sus labios.

Tenía esa mala costumbre de besarme por cualquier cosa. A este paso, sus labios serían catalogados como droga.

— Te prometo que en cuanto termine lo que estoy haciendo haré lo imposible por estar a tu lado.—ronroneó.

Me mantuve callada unos instantes, y acabé por alejarme un poco de él.

— Bueno, me voy.—dijo— Te amo, querida.

— Y yo a ti.—le sonreí, levemente.

Eso amplió su sonrisa. Acarició mi rostro, dulcemente, y se colocó su chesterfield. Finalmente se marchó.

Yo por mi parte, apenas tenía ganas de levantarme de la cama. No sólo por pereza, que también, sino por el simple hecho de que echaba de menos tener tiempo con Alastor.
Ir a su casa.
Salir a su lado.

Sentirme incluída en su vida, vaya.

— ¿Alastor se ha ido?—cuestionó una voz familiar.

— Ajá.—dije.

— ¿Y piensa levantarse de la cama?—rio, divertido.

— No estoy con muchas ganas ahora, Vox.—le contesté, incorporándome.

Él asistió a mí rápidamente.

— ¿Ha ocurrido algo? ¿Quiere hablarlo?—cuestionó.

— Todo bien, no te preocupes, simplemente estoy que me caigo del sueño.—expresé, finjiendo una sonrisa.

La verdad es que estaba deseando por dentro cambiar la figura de Vox por la de Alastor. Que fuera él es que estuviera a mi lado sentado, besándome la frente.
Pero, uno, no podía decirle nada a Vox sobre ese tema, y dos, él jamás será Alastor.

— He decidido que, como aún es temprano, podría hacerla hoy yo el desayuno. No se me da bien, pero lo haré con toda mi buena intención, que es lo que cuenta, ¿no?—sonrió, amablemente.

— Hagámoslo entre los dos.—dije.

Venga, no podía estar deprimida todo el día por no ver a Alastor. Vox, Husk y Angel son igual bastante divertidos..

━━ 𝐃𝐈𝐋𝐎    Alastor .Donde viven las historias. Descúbrelo ahora