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Capítulo 18.
Lucifer.

— Bueno, señores y señoritas, anuncio su pérdida en este juego.—comentó Husk dejando una carta sobre la mesa.

Estaban jugando al póker, todos. Exceptuándome a mí, por supuesto. Decidí apartarme. Parecía que Luther se había acercado mucho a Alastor y Charlie en tan poco tiempo... Sin embargo, Husk, quien me apoyaba, aún no confiaba absolutamente nada en él.

Me encontraba tranquilamente en el lobby, sobre el sofá, leyendo un artículo. Tocaron a la puerta del hotel, y viendo la ausencia de atención, decidí abrirla yo misma.
Me encontré con el que esperaba ver.

— Buenas noches, majestad. Siento no haber podido asistir a su castillo hoy.—dije, señalando mi tripa.

Aunque en realidad era más bien por la regla, estaba que no podía con el dolor, y lo más seguro es que él viniera. Si quería verme, claro.
Y por supuesto que quería.

— Todo un placer.—dijo, pasando tras señalarle para que pasara.

Encontró la escena en el minibar en cuanto entró al lobby, casi repudiando a todos los que se encontraban jugando.

— ¿Y bien? ¿Algo que quiera decir?—cuestioné, tomando el libro de nuevo y subiendo las escaleras, señalándole para que me siguiera.

— Nada en especial. Simplemente quería pasar el rato, fuera y lejos de esos cabronazos.—señaló hacia atrás.

Asumí que se estaba refiriendo a todos lo que trabajaban para él. Abrí la puerta de mi habitación y le hice pasar, para hablar más íntimamente.

— ¿Puedo?—cuestionó, señalando a la cama.

Asentí, al mismo tiempo que me encogí de hombros, dándole a entender que podía sentirse en casa. Se quitó los zapatos, el abrigo, su sombrero; y se lanzó finalmente a la cama. Rio.

— Qué bien huele aquí.—dijo, tomando las mantas, enterrando la nariz en ellas— Hacía tanto que no me sentía en las nubes...

— No preguntaré nada al respecto.—comenté, sentándome en la silla del escritorio— ¿A qué debo su visita? ¿Era tan urgente verme?—cuestioné, cruzando las piernas y los brazos.

— En absoluto.—negó— Pero quería verla. Mi mujer no me presta apenas atención y esperaba encontrarla en ti, _______.—guiñó un ojo.

— ¿A qué se refiere, majestad?—cuestioné, sabiendo por dónde iba la conversación.

— Estoy teniendo muchos problemas con los ángeles de mierda, porque no son capaces de llevarse la mierda que dejan en mi reino, y para colmo me lo recriminan.—comenzó contándome sus problemas.

Hice una pequeña pausa para dejarle tendido en la cama y bajar a la cocina a por algo para que tomase. Parecía que verdaderamente iba a contarme su vida, por ello me calmé. “Joder, pensé que iba a hacer algo subido de tono. Me he salvado por hoy.” pensé, tomando una botella de agua y un vaso.
Supuse que querría algo más elegante, pero Husk se había bebido todo el alcohol, y por ello creí que a lo mejor uno de mis zumos de naranja le servirían para recuperar energías.
Subí con una bandejita entre manos, encontrándomelo leyendo los títulos de las estanterías.

━━ 𝐃𝐈𝐋𝐎    Alastor .Donde viven las historias. Descúbrelo ahora