Destiny 1 [TERMINADA]

29

Apenas puedo moverme, me duele todo demasiado. Es como si un camión me hubiese aplastado. Ni siquiera me salen las lágrimas, estoy destrozada y agotada.

—Y ahora, ¡márchate! No quiero verte más hoy. ¡LÁRGATE!¡YAAA!

Me levanto, como puedo, del suelo. Cojo mi bolso y camino hasta la puerta, abro y bajo las escaleras. Me está costando la vida misma en bajarlas, siento que voy a caerme al suelo en cualquier momento.

Salgo del edificio, camino unos pasos y las lágrimas comienzan a salirme, sin parar. No me puedo creer aún que Alejandro acabe de darme una paliza, es que aún no puedo asimilarlo.

No puedo irme a casa, no pueden verme así mis padres. Les puede afectar demasiado verme así de mal, de destrozada.

Es muy tarde, las 2 de la mañana y no creo que haya habitaciones libres en ningún hotel. Me quedo pensativa, mirando hacia el suelo. Cojo mi móvil y, con las lágrimas dejándome algo borrosa la vista, busco el teléfono de Reb. Sé que le bloqueé hace 2 semanas, que le dije que se olvidara de mí y le mandé a la mierda, pero no sé a quién recurrir ahora. Necesito pedirle perdón, él tenía razón y nunca le hice caso. Desbloqueo su número, le doy a llamar y me llevo el aparato a la oreja. No creo que me coja la llamada. Suenan los primeros tres tonos, hasta que la coge.

Reb: Vaya, hola ___. ¿Qué tal?
___: Renato...perdón por molestarte...tenías razón con Alejandro...acabo de darme cuenta.
Reb: Sólo dime dónde estás, ahora mismo voy a buscarte.
___: En el portal de su casa...
Reb: Voy para allá. NO te muevas de ahí.
___: Me duele hasta respirar...
Reb: No tardo, voy ya.

Me cuelga, con nervios. Guardo el móvil en el bolso, me apoyo en la pared y cierro los ojos, dejando que el aire fresco me roce la cara. Tengo frío, bastante. Espero que Reborn no tarde mucho.

****

–¡___!

Abro los ojos, con lentitud, cuando unos brazos me rodean. Me quejo, por el dolor, y justo cuando se iba a alejar, lo atraigo a mí y le abrazo. Comienzo a llorar, sin parar. Él me envuelve en sus brazos mientras me acaricia la cabeza, suspira.

Consigo calmarme un poco, así que me separa de él y nos miramos fijamente.

—Vamos al coche, voy a llevarte a mi casa.
—Reborn yo...
—Shh shh —pone su dedo sobre mis labios, serio— tranquila, vamos anda. Ahora hablaremos.

Me ayuda a levantarme, ya que estaba sentada en el escalón del portal, caminamos con lentitud hasta su coche y me abre la puerta del copiloto, me ayuda a sentarme y cierra.

Vamos todo el camino callados, con un silencio pesado pero no incómodo. A veces me mira, pero no me dice nada.

Llegamos a su casa, subimos por el ascensor, salimos de este y abre la puerta con sus llaves. Me deja pasar antes, cierra y nos sentamos en el sofá.

Sólo miro hacia abajo, nerviosa, él me observa mientras espera a que hable. No me presiona ni me mete prisa, espera calmado y atento. Me coge de las manos, lo miro y me las acaricia.

—Ahora tranquilízate, estás en un lugar seguro donde nadie va a poder hacerte daño. Tómate el tiempo que necesites para calmarte y me cuentas, ¿vale?
—Reborn...
—Dime.