Destiny 1 [TERMINADA]

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Narra ___

—Yo llevaré todo eso, no te preocupes. Lo importante es tu bienestar y del bebé.
—Muchas gracias Paula por hacerte cargo de Instagram, y a ti María por encargarte de Twitter. Sé que no hay mejores personas que vosotras.
—No exageres anda, la amistad trata de esto ¿no? De apoyarse y ayudarse.
—No te falta razón.

Reímos y Reb se levanta de su silla, se acerca a nosotras y me mira.

—Voy a ir a casa, necesito hacer algunas cosas. Volveré más tarde, ¿puedo dejarte aquí o me quedo?
—Pues claro ve amor, sin problemas.
—Te dejo en buenas manos —mira a mis amigas y todos sonreímos— luego vengo.

Me da un tierno beso en los labios, deja otro en mi tripa, se despide de las demás con la mano y se marcha. María me mira y sonríe aún más.

—¿Puede ser más mono Reb?
—En verdad es muy raro verlo así —sentencia Paula.
—Raro para vosotras claro, para mí es lo más normal —río.
—Tía, ojalá encontrar a un chico así de atento y bueno como él. Te ha tocado la lotería.
—La polla de la beneficencia.

Reímos mientras Paula nos mira sin entender nada, lo que nos causa más gracia. Aunque haya hablado más con el grupo de trajeados, no pilla algunas cosas. Es normal.

Pasa casi 1 hora, cuando vibran nuestros móviles y María lo saca, se sorprende y nos enseña la pantalla.

—Es Reb, está en directo.
—¿Cómo? Si dijo que no lo haría, incluso se lo dijo a Alexander —digo para mí misma lo último.
—Dale a ver qué dice —recomienda Paula.

María le da, cada una se pone a un lateral y sujeto el móvil. Miramos atentas.

No hay música, ni la intro de starting nada de lo habitual. Es él sentado en su silla, con la camisa negra.

—Camisa negra, mala señal.
—¿Hablará del tema?
—Lo más seguro.
—No hagas tonterías Matteo —susurro, ignorando la conversación entre ellas.

El silencio se hace pesado, tiene los brazos apoyados sobre el escritorio, mira al frente aunque a veces desvía la mirada al chat. Está en modo emotes.

Nadie entiende nada, hay muchísima gente esperando. Más de 20k. Todos vienen en busca de salseo, que hable del tema.

Se remanga, con muchísima seriedad, vuelve a dejar las manos sobre el escritorio y da un largo suspiro, mientras niega con la cabeza.

Cojo mi móvil y le envío un mensaje.

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Por favor, no hables en caliente.
Va a ser peor cariño.

Desvía la mirada al teléfono, suspira de nuevo y mira a la cámara. Me hace un gesto de que lo va a hacer, que no lo voy a poder parar.

—Creo que deberías de cerrar el directo, por tu bien.

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No lo voy a hacer. Al menos ya que vas a seguir, mide bien lo que dirás. Por favor, Matteo. Recuerda que te quiero ❤️.

Deja el móvil a un lado, asiente y mira al frente.

—Casi 25 mil personas aquí, esperando a que hable —hace una larga pausa— la gran mayoría sois aquellas personas que os habéis dedicado a meterse en un terreno que teníais prohibido. Posiblemente esté también la persona que hoy decidió cometer el mayor error de su vida.

Bebe un poco de su Coca Cola, deja el termo y sigue con la mirada a Fénix, que se pasea por delante suya. Lo coge, lo deja en el suelo y vuelve a la posición de antes.