47

2.2K 180 118
                                        

Me da un sándwich mixto, abro el envoltorio y doy el primer bocado, también una lata de Coca-Cola. Se pone, de nuevo, a mi lado y se sienta poniendo las piernas cruzadas como los indios. Come de su sándwich y mira el paisaje, me quedo observándolo fijamente.

Su perfecta y recta nariz, sus pequitas, sus lunares, su barbilla, su barba bien recortada...su perfil en general es algo que me podría tirar horas observando. La piel tan limpia y suave, pareciese que se la cuidara. Pero no.

Doy otro bocado al mío y miro también al frente, respirando con calma. El sol que nos da hace que no haga ni frío ni calor, la temperatura perfecta. Veo como Reb da un segundo bocado y luego me mira, me lo acerca.

—Toma, no quiero más.
—Pero si sólo has dado dos bocados, cómete al menos la mitad. Porque sé de sobra que es lo único que has comido desde la cena de ayer —levanto una ceja mientras le miro.

Él asiente y vuelve a comer, aprieto los labios y me termino mi comida. No me gusta rebatirle y decirle sobre el tema de la comida, tiene una edad y no soy quién, pero no puedo evitar preocuparme y querer mejorarle eso.

Él termina y se tumba, poniendo su cabeza sobre mis piernas. Sonrío, pongo mi mano sobre su mejilla y él me mira, con una sonrisa. Acerco mi cara y le beso, recibiendo una caricia de su parte. Nos separamos y los dos nos quedamos mirando hacia el infinito, con nuestras respiraciones calmadas.

—Te traje aquí porque es de los lugares más tranquilos y bonitos que he conocido. Aquí podemos estar siendo nosotros sin que nadie vea, sin que nadie nos reconozca, sin que nadie moleste —se gira y me mira— ahora es muy complicado el poder ir por la calle de la mano, el que comamos en un restaurante y cualquier cosa que sea en público. Yo sé que tarde o temprano podremos.
—Algún día pasará Reb, pero a mí no me importa seguir esperando. Así, cómo estamos, me siento cómoda y feliz. Si es cierto que me encantaría llevarte a mi restaurante favorito, pero estoy feliz cuando estamos en tu casa y nos ponemos a jugar o a cocinar o hacer simplemente el tonto. Esto también es el precio de ser un personaje público, si no lo fueses pues la cosa sería diferente.
—Si no fuese un personaje público no te habría conocido, y eso no lo cambio por nada del mundo.
—Reb... —sonrío, con emoción y notando mis ojos aguados— aún no logro acostumbrarme a que seas así conmigo.
—Pues creo que ya va siendo hora, porque eso no va a cambiar. Podría pasarme el día diciéndote lo mucho que te quiero y demostrándotelo. Y créeme que a mí también me sorprende.

Reímos, niego y nos miramos con una gran sonrisa cada uno. Podríamos pasarnos así todo el día, sin problema alguno. Sin decir nada.

****

Suspiro, con una sonrisa, mientras miro como el sol empieza a esconderse, cuando el ruido de unas ramas me hacen girar la cabeza. Miro hacia mi izquierda, viendo a Reb con su caja de cigarrillos y el mechero. Se acerca hasta mí, se sienta y suspira, me mira.

—Has tardado un poco.
—Pues sí —hace una leve pausa— me llamaron.
—¿Quién? Si puedo preguntar...
—Mi madre —dice sin mostrar importancia y abriendo la cajilla.
—La primera vez que oigo de ella —susurro para mí misma.
—Pues sí, no es muy de llamar pero cuando lo hace es por mucho rato.
—Pero, ¿todo bien y eso?
—Si si, tranquila.

Asiento, él suspira, saca un cigarrillo, lo pone en su boca, acerca el mechero ya encendido y quema el inicio de este. Deja la fuente del fuego a un lado, da la primera calada y suelta el humo, provocando que yo tosa varias veces.

—Perdón, me olvidé de que no soportas el humo. Me pongo de pie y ya está.

Se pone de pié, deja el cigarro apoyado en su boca mientras saca algo del bolsillo. Lo miro, dios que imagen. Levanto mi cámara, que seguía colgada de mi cuello, y le saco una foto, sale espectacular. Su traje, las gafas, con el cigarillo en la boca y el atardecer de fondo. Me muevo un poco y le saco otra, sólo se ve su silueta negra, cogiendo el piti y con el hermoso fondo.

Destiny 1 [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora