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Narra ___

Despierto gracias a unos besos que van recorriendo toda mi cara. Abro los ojos y veo a Matteo, con una amplia sonrisa, mirándome.

—Buenos días cariño.
—Buenos días —nos besamos— ¿qué hora es?
—Justo las 10, una buena hora para despertar. Te he preparado la bañera para que te des un baño relajante y luego te comas el desayuno que te voy a hacer mientras.
—Ay, que mono eres.

Pongo mi mano en su mejilla y se la acaricio, él sonríe y la coge. Me deja un beso en la palma y la agarra con la suya, enredando sus dedos con los míos. Se echa un poco hacia atrás, me sube la camiseta y deja un beso en la tripa, sonrío.

—Buenos días a ti también, pequeñita. Espero que anoche descansaras y no se la liaras mucho a tu mami eh.

Río levemente, me mira con una enorme sonrisa y suelta mi mano, se tumba. Apoya su cabeza en mi tripa, sobre su mejilla derecha, y con la mano va dejando pequeñas caricias. Notamos como la niña se mueve, Matteo levanta un poco la vista para mirarme y sonreímos.

—Es notarte y la niña monta fiestas.
—Eso será —ríe y deja un beso, para luego levantarse— bueno ahora sí, vete a bañar que voy a ir preparando el desayuno.
—Ahora voy.
—Por cierto, recuerda que hoy comemos fuera y luego iremos al campo. Como planeamos hace unos días.
—¡Es cierto! —me pongo de pie y lo abrazo fuertemente— un año ya, amor.
—Sí, un año juntos pero no es nada comparado con todos los que nos quedan. Esto es sólo el principio —lo miro y veo como sonríe, yo igual— porque ya sabes que de mí no es fácil escaparse.
—Seeep, lo sé lo sé —reímos— pero de mí tampoco será fácil.
—¿Ah sí? ¿Por qué? —pregunta divertido.
—No es por nada, pero llevo a tu hija en mi vientre y soy quién la va criar.
—La VAMOS a criar, juntos —dice haciendo énfasis en vamos, río.
—Eso si yo te dejo, claro —le saco la lengua, me separo de él y me voy al baño rápidamente, con él persiguiéndome.
—¡Ven aquí señorita!

Cierro la puerta y justo se da con ella, haciendo que ría bastante. La abre mientras pasa la mano por su nariz y cierra un ojo, me mira.

—Ahora sí que no te vas a escapar.

Se acerca a mí y me deja contra la pared, nos quedamos mirándonos fijamente. Me recuerda a la primera vez que vine a su casa, esa fuerte mirada que mantuvimos durante un rato largo, en silencio. Así lo hacemos otra vez, los ojos fijos en los del otro, con seriedad. Sólo se escuchan nuestras respiraciones algo aceleradas. Él pone sus manos apoyadas en la pared, sin dejar de mirarme, y yo me mantengo pegada a esta observándolo. Sonrío y Matteo me mira extrañado, levantando una de sus cejas. Río levemente.

—¿Esto no te recuerda a algo? —Se mantiene unos segundos en silencio, hasta que niega. Vuelvo a reír— de la primera vez que vine a tu casa. Hace unos años. Tú estabas de pie y yo sentada en el sillón, nos quedamos así de fijos mirándonos sin decir nada. Me intenté escapar de ti y acabamos como ahora. ¿No te acuerdas?

Se mantiene callado y serio, pero luego sonríe y asiente. Me coge de las mejillas y me da un beso en los labios.

—Siempre intentando escapar.
—Si no lo provocaras...
—¿Ahora soy yo quién hace que te quieras escapar de mí?
—Puede ser.

Nos volvemos a mantener callados mientras nos miramos fijamente, aguantandonos la mirada. Él niega, se pone recto y cruza los brazos.

—Voy a dejar que te duches anda.

Sale del baño y cierra la puerta, suspiro y río. Me quito el pijama y me meto en la bañera, está calentita. Me echo hacia atrás, metiendo la cabeza bajo el agua, vuelvo a la superficie, la apoyo sobre una toalla hacia atrás y me relajo. Acaricio mi barriga con las manos, con calma. Noto a la pequeña moverse y sonrío.

Destiny 1 [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora