Destiny 1 [TERMINADA]

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Narra Reborn

No puedo creerlo, me acaba de pedir ser su pareja. Eso significa que ella está bien, que siente de nuevo confianza, que se está sanando de todo el mal que le provocó el anormal.

Me pongo de pie, le cojo de la mano, se levanta y nos miramos fijamente. Puedo notar sus nervios y miedo al rechazo, tiembla levemente. Con la otra mano, le acaricio la mejilla, con cariño, me acerco lentamente a su boca y le beso delicadamente. ___ pone sus manos en mi pecho y agarra un poco mi sudadera. Separo mis labios de los suyos, le cojo su cara con mis dos manos y sonrío, con muchísima felicidad.

—Por supuestísimo que quiero ser tu novio, ___. Te quiero mucho.
—Yo también te quiero Reb.

Nos volvemos a besar, mi cuerpo está lleno de mariposas que revolotean con felicidad. Hacía tiempo que deseaba dar este paso.

—Ahora mismo soy el hombre más feliz del mundo, porque salgo con la chica más hermosa del planeta —le digo con sinceridad y ensanchando la sonrisa.
—Pero, ¿qué dices bobo?

Se sonroja, provocando que muera de ternura, y la vuelvo a besar, con ganas. Ella pone sus manos en mis mejillas y sonríe en medio de este. La miro fijamente, sin poder borrarme aún la sonrisa. Si pudiese, gritaría de la felicidad, pero está su hermanito durmiendo y hay vecinos.

****

Cojo otro trozo más de pizza, doy un bocado y ella llama mi atención.

—Mis padres no vuelven hasta el lunes, si quieres puedes quedarte más tiempo...

Veo como sus mejillas se tornan poco a poco a un color más rojizo, sonrío y río levemente, asiento.

—Me quedaré, pero luego necesito ir a casa para coger el pijama y eso.
—Claro, sin problemas —sonríe.
—Por cierto, ¿com...?

No termino de formular la pregunta, porque una llamada de su móvil comienza a sonar. Alarga el brazo hasta la encimera, lo coge, mira la pantalla, abre más los ojos, termina de tragar y descuelga.

—¿Sí?...Bastante bien, ¿y tú?...¿Enserio, qué han decidido entonces?...¿Sólo eso...? —su ensamble va decayendo— Es muy poco...vale...vale, sí si puedes hacer algo, hazlo por favor...Gracias, que tengas un buen día.

Cuelga, la miro y ella suspira, deja el móvil a su lado.

—¿Qué ha pasado? ¿Quién era?
—Era Héctor, el abogado.
—¿Qué te ha dicho? Te ha cambiado la cara bastante —comienzo a preocuparme.
—Que ya hay sentencia del juicio, tan sólo irá a la cárcel 1 año y 6 meses.
—¡¿Sólo?! —digo con indignación.
—Pues sí...me ha dicho que va a intentar hacer algo para que le caiga más tiempo, pero que no me promete nada.
—Confiemos en que conseguirá una mayor condena.

Ella mira hacia abajo, con preocupación. Odio verla así, me niego a que el anormal le joda la vida y le haga más daño. Le cojo de la mano, me mira.

—Escúchame, si no lo logra, te prometo que yo te protegeré. En cuanto salga, no me separaré de ti ni un segundo. Me niego a que ese te haga más daño y perturbe tu felicidad. Te lo prometí cuando estuvistes en coma y te lo vuelvo a prometer, nunca te dejaré sola. Nunca.
—Reb... —comienza a llorar— no te merezco.
—Tonterías, el que no te merece soy yo.

Me levanto, me acerco a ella, me pongo a su altura y la abrazo fuertemente, me lo devuelve.

—Odio verte llorar así, y más por culpa de ese gilipollas. Te ayudaré a que todo salga bien y a que vuelvas a ser feliz. Tienes derecho a vivir una vida tranquila y llena de paz.
—Gracias Renato de verdad, gracias.
—No me las tienes que dar, pequeña —le acaricio el pómulo, me sonríe.