Destiny 1 [TERMINADA]

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Narra ___

Habían pasado algunas semanas desde que adquirimos nuestra primera casa juntos. Matteo está muy contento con este paso que hemos dado, admito que yo también. Sabía que tarde o temprano lo íbamos a hacer, y ahora es un buen momento. Andorra es un país que desde pequeña me llamó la atención, recuerdo que a mis 12 años estuve apunto de ir a pasar el fin de semana allí, pero por cosas del destino no pudo ser. Ahora viviré, encontraré mi primer trabajo y abriré mi nueva etapa de madre allí. Andorra es mi nuevo comienzo.

Hemos empezado con la mudanza, debido a que mi embarazo está muy avanzado y que en cualquier momento el bebé puede salir, mi padre se ha ofrecido a ayudarnos. Reborn le insistió en que contrataría a un grupo para que se encargaran de todo, pero mi padre se ha empeñado en ser él. Se encarga de coger cajas y bolsas para llevarlas en el coche. Muy pronto llevará los muebles, que previamente desmontará. Eso sí, Reb y yo ya lo hablamos y le pagaremos a mi padre en cuanto termine toda la mudanza, incluso Matteo va a ayudarle en un proyecto de empresa para agradecerle todo el esfuerzo que hace por nosotros.

Yo estoy bien de salud, aunque es evidente mi falta de energías en ocasiones específicas y alguna náusea. La pequeña está muy activa y a veces mete unas patadas que pienso que en cualquier momento transpasará mi tripa, la cuál me pesa bastante ya. Para calmarla, suelo tumbarme mientras Reb tumba su cabeza en esta, la acaricia y canta bajito. Increíblemente funciona y no puedo evitar morir de ternura. Son claras señales de que mi niña admirará a su papá cómo a nadie y no se querrá despegar de él.

Termino de guardar mis libros en una caja, cuando entra mi padre a la habitación, me sonríe.

—¿Lista esa caja?
—Sí, acabo de terminar.
—Entonces me la llevo.
—Espera que le pongo la cinta esta.

Cojo el rollo de cinta y pongo un trozo bastante largo por arriba, así no podrá abrirse en ningún momento. Una vez puesta, mi padre la coge.

—¿Hay alguna más que quede aún?
—Queda una que tengo que preparar con nuestros zapatos.
—No, tú quédate sentada que bastante esfuerzo has hecho ya estos días.
—Papá, que no soy una minusválida, aparte sólo he prepado 3 cajas contadas.
—Pero hija, quedan apenas 3 semanas para que mi nieta salga y sabes que con cualquier esfuerzo de nada, se puede adelantar el parto.
—Si se adelanta, pues se adelantará pero enserio papá, no te preocupes. Sé bien lo que hago. Ya que tanto Reb como tú os estáis encargando de llevar todo, al menos deja que guarde nuestras cosas.
—Bueno...está bien, pero con cuidado.
—Sí, tranquilo.

Sonrío y me devuelve el gesto. Sale de la habitación con caja en mano y me deja de nuevo sola. Busco con la mirada la caja vacía y la encuentro encima del mueble. Ando hasta ahí y noto una fuerte patada de la bebé, pongo la mano encima y acaricio levemente.

—Oye tranquila, que papá no está aquí ahora. Vendrá pronto. Sólo voy a guardar los zapatos en una caja, necesito que te calmes cielo.

Noto como se mueve pero se calma, sonrío y continúo con mi labor. Cojo la caja y me voy agachando poco a poco para coger nuestros zapatos. Primero las deportivas de ambos, luego las de andar por casa y por último los zapatos de cuero del traje de Reborn. Están nuevisimos, y mira que lleva años usándolos. Me vuelvo a poner recta y pongo cinta por arriba. Cojo la caja, dispuesta a salir, pero antes miro la habitación. Tan sólo queda la cama junto al armario, lo demás está ya desmontado. Sonrío y salgo, voy al salón.

—Aquí tienes papi, la última caja.
—Bien —me mira— voy a meterlas todas en el coche y ya mañana las llevo, que en media hora me voy al trabajo.
—Vete ya, vas a llegar tarde.
—Antes quiero que llegue el padre de la criatura, no quiero dejarte sola. Y no me mires así porque sabes que sola no te dejo ni de broma.
—No te voy a contradecir, eres cabezota.
—Cabezota no, al menos en este tema, sólo soy precavido y racional.
—Como digas, ¿quieres tomar algo mientras? Tenemos refrescos y zumos.
—No tranquila, siéntate en el sofá anda.