NUEVE

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Ginés; Lunes 16 se Octubre
20:30 pm

Nos separamos y le digo

-Si lo quieres denunciar puedes hacerlo y te juro que se le cae el pelo Leyre

-No, yo lo quiero y no quiero perderlo

-Te está haciendo la vida imposible, creo que ya te dije que mi padre es abogado, ¿no? Llevó un caso parecido al tuyo y gano el juicio, ademas ¿eres menor, cuántos años tienes? Porque entonces si que se va a la cárcel pero de cabeza

-No, no soy menor, tengo 18, pero que ya está Ginés, no importa de verdad

-¿Y él, que edad tiene?

-20, tiene 20, los cumplió hace unos meses

Suspira y agarra mi mano

-Sé que ahora no quieres, pero cuando estés lista, estaré a tu lado en cada decisión que tomes

-Lo sé, y te lo agradezco. Sonríe mirándome -Oye, ¿tú cuántos años tienes? Que con todo lo que hemos hablando no nos lo hemos preguntado nunca

-Yo... mmm, ¿cuántos me echas?. Ríe

-Pffff, soy malísima para las edades, a ver... ¿19?

-Casi, 20

-Vaya. Chasquea loa dedos y empezamos a reír

-¿Aparento menos de 20?. Hago un puchero

-Con esa cara si, pero que ya te he dicho que soy muy mala adivinando estas cosas

-Oye, que malvada eres. Vuelvo a poner morritos. -¿Sabes? este mediodia me moria por llamarte, necesitaba desahogarme

-¿Que ha pasado?. Me mira preocupada

-Mi abuelo. Suspiro -Ha tenido un bajón muy fuerte, pero por suerte lo han podido establizar, estaba muy débil Leyre, jamás lo habia visto tan mal. Bajo la cabeza

-Me alegro de que todo haya acabado bien hoy, pero, ¿no crees que deberias ir haciendote a la idea de que un dia eso no pasará Ginés?

-Lo sé, pero cuando siento que ese momento puede llegar me acojono vivo, necesito más tiempo para asimilarlo, y soy consciente de que no tengo demasiado, cada crisis que supera lo deja más hecho polvo

-Bueno, tranquilo, ya sabes, disfruta el tiempo que te quede con él y ya. Agarra mi mano y la aprieta al verme tan decaido

-Es que eso no es vida Leyre, esta las 24 horas del dia postrado en la camilla sin moverse rodeado de cables y me mata verlo así. Pongo mis manos sobre mi cara desesperado

Ella suspira y acaricia mi espalda intentando calmarme

-Sabes perfectamente que me hubieras podido llamar, dijimos que seriamos la via de escape del otro, ¿no?

-Si, pero tampoco te quiero rallar con mis mierdas que bastante tienes tú ya

-Da igual, ademas, a lo mejor si me hubieras llamado me habrías salvado de una buena

-O si estabas con él igual la lio más y te causo más problemas

-Bueno, la próxima vez me escribes por lo menos y si estoy con Marcos ya me inventare lo que sea, que si yo puedo venir a tu casa llorando como una loca a las 8 de la noche me puedes enviar tú un WhatsApp a las 2 de la tarde, te lo aseguro

-Gracias, en serio, necesitaba hablar de esto con alguien y con mi família no lo hago porque intento mantenerme fuerte pero contigo es distinto, contigo puedo quitarme la coraza un rato y mostrar lo que siento en realidad

𝐄́𝐥 𝐧𝐨 𝐬𝐨𝐲 𝐲𝐨 [𝟏]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora