CUARENTAICUATRO

103 5 0
                                    

Leyre; Viernes 20 de Febrero
16:00 pm

SIgo sin poder apartar la mirada de sus ojos, al igual que él no la aparta de los míos, pero lo unico que diferencia la mía de la suya es que la mía expresa culpa y arrepentimiento y la suya denota rabia y decepción

Segundos después se gira en su silla de nuevo volviendo a darme la espalda

Joder, siempre que nos vemos en este local estamos mal, esta hamburgueseria es nuestro sitio gafado

Suspiro y Marta acaricia mi mano siendo totalmente consciente de lo que acaba de ocurrir entre Ginés y yo

-Tia, lo necesito tanto... Resoplo mirando hacia abajo -Y él a mi me odia

-No te odia Leyre, está dolido, pero estoy segura de que no te odia. Responde intentando tranquilizarme -Es imposible pasar de amar a una persona a odiarla en 2 semanas, y menos por esa tontería

-Tú no has visto como me miraba Marta, he sentido dolor en sus ojos

-¿Y si intentas hablar con él ahora que os habéis encontrado aquí?. Propone -No tienes ningún otro modo de contactar con él. Dice ya que no me responde las llamadas ni los mensajes

-No va a querer hablar conmigo. Aseguro

-Por intentarlo no pierdes nada. Suspira

-No, solo más dignidad de la que he perdido durante estas semanas yendo detrás de él como una idiota

-Bueno, no sé, haz lo que quieras. Me mira triste y seguimos comiendo

En ese momento veo que Judith se da cuenta de que Ginés está a unos metros de nosotras y su rostro se ilumina al instante

-¡GINÉS!. Grita emocionada y él se gira al escuchar su nombre

Judith; Viernes 20 de Febrero
16:15 pm

Me levanta rápidamente de la silla y oigo a mi hermana hablar cuando ya estoy dispuesta a acercarme a Ginés

-Judith, déjalo tranquilo ahora que está comiendo, ya hablarás con él en otro momento

-No, porfa tata, que llevo muchos días sin verlo. Le suplico con las manos en forma de rezo -Lo saludo rápido y vengo. Prometo

-Esta bien, pero no molestes. Asiente con la cabeza suspirando y yo me acerco a Ginés feliz

Cuando me coloco a su lado en la mesa que está al final del comedor, vuelvo a hablar

-¡Hola!. Lo saludo alegre

-Hola peque. Suspira girándose hacia un lado en la silla para mirarme y segundos después me sonríe

-Hace mucho que no nos vemos, mi tata ya me dijo que estabais enfadados. Digo triste

-Si, ahora ya no estamos bien, pero bueno, así es la vida princesa. Acaricia mi mejilla notablemente decaído él también

-¿Es un rocecillo?. Pregunto recordando la palabra que me dijeron ellos una vez

-Si cariño, un bache. Afirma

𝐄́𝐥 𝐧𝐨 𝐬𝐨𝐲 𝐲𝐨 [𝟏]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora