VEINTICINCO

146 4 10
                                    

Leyre, Sabado 17 de Enero
10:30 am

Al dia siguiente me levanto gracias al despertador ya que he quedado para ir de compras con Marta

Suspiro, me doy una ducha rápida y me visto cómoda

Bajo a la cocina y Judith habla rápidamente

-Tata! Vamos a pasar el día con los tíos y los primos. Dice emocionada

-Que bien enana, pasadlo bien. Beso su cabeza

-¿Vas a desayunar algo?. Pregunta mi madre

-No mami, comeré algo con Marta en el centro comercial

-Vale hija, ¿Que tal estás?. Suspira acariciando mi cara

-Mas o menos, fue un golpe muy duro, no me imagino como deben estar ellos. Miro al suelo -Ahora le preguntaré a Ginés

-¿Te importa mucho ese chico, verdad?

-Muchísimo. Confieso -Es una persona fundamental en mi vida ahora mismo

-Se nota cariño. Sonríe

-Me voy que tengo que coger el bus y sino llegaré tarde

-Vale cielo, no estaremos para comer. Avisa mi madre

-Tranquila mami, me prepararé algo rápido

Salgo de casa dirigiéndome a la parada del bus y le escribo a Ginés

Yo
¿Como va la cosa por ahí?

Ginés
Ha habido días mejores, pero bueno, llevo ya más de dos horas en el tanatorio

Yo
Para lo que necesites aquí estoy, ya lo sabes

Ginés
Lo sé Leyre, gracias, eres increíble, te dejo que llega más gente

Yo
Chao guapo. Me despido suspirando y guardo mi móvil de nuevo

Poco después llega el bus y me subo sentándome en uno de los asientos de este mirando por la ventana triste, me duele demasiado verlo tan mal

Unas cuantas paradas más adelante, me bajo justo en frente del centro comercial

Entro en este y veo a Marta esperándome a pocos metros

-Va puta tardona. Ríe -Siempre igual tia

-Calla anda. Rio yo también -¿Has quedado con ese chaval más tarde no?

-Si, para comer. Se agarra a mi brazo y empezamos a andar -¿Tú que tal ayer zorra? No diste señales de vida en toda la tarde ¿Que hacías?

-Calla, calla, vas a flipar. Me llevo la mano a la cabeza

-¿Con quien estuviste guarra?. Ríe -Bueno, no hace falta ni que me lo digas, lo tengo clarísimo, con Ginés

-Si. Asiento

-¡Lo sabia!. Dice emocionada

-No te alegres tanto, nos pasamos la tarde en el puto hospital

-¿Que dices tia, que pasó? ¿Te hizo daño del polvazo que te echó o que?

-Eres más bruta... Aunque ya te digo que ojalá hubiera sido por eso. Suspiro -No, fue por su abuelo, llevaba ya bastantes meses muy enfermo y... Me quedo callada sin poder pronunciar la palabra

𝐄́𝐥 𝐧𝐨 𝐬𝐨𝐲 𝐲𝐨 [𝟏]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora