𝐄́𝐥 𝐧𝐨 𝐬𝐨𝐲 𝐲𝐨 [𝟏]

TREINTAIOCHO

Leyre; Lunes 26 de Enero
18:00 pm

Nos separamos despacio y él habla

-Es protocolo, no me gusta hacer esa pregunta. Imita lo que ha dicho el agente con sarcasmo -Pues ahórratela imbecil, que protocolo ni que mierdas. Suspira realmente frustrado

-No le des más vueltas Ginés, ya está. Acaricio su brazo intentando tranquilizarlo

-Leyre, escúchame, que sepas y tengas claro que la ropa que llevabas en ese momento no tiene nada que ver con lo que pasó, es que como si quieres ir desnuda y está ya dentro de ti, si tú en ese momento dices que no quieres, no quieres y la tiene que sacar y se jode. Asegura

-Si claro. Suelto una carcajada rodando los ojos -Y me mata si lo dejo a medias

-Pues si él sigue cachondo se hace una paja y punto. Dice serio -El sexo tiene que ser consentido siempre, si tú desde el primer momento no quieres y sigue, es violación, si estás desnuda ya y se te quitan las ganas, es violación, si pensabas que querías y ves que no quieres continuar, es violación también. Explica -TODO. Remarca la palabra -Lo que en un momento deja de ser agradable y deseado para los dos se convierte en violación, y te repito que no le debes sexo a nadie , ni por ser tu novio, ni por muchas ganas que tenga esa persona, ni por no hacerlo sentir mal ni por qué creas o te haga creer que se lo debes

-Eres increíble Ginés. Suspiro

-No, soy sensato y realista Leyre, todo el mundo debería tener eso claro, es que que putísimo asco de sociedad. Resopla aun cabreado -Si los que realmente se supone que nos tienen que defender y ayudar piensan así ¿Que cojones nos queda?

-Tranqui, relájate. Lo miro dulce y él fija sus ojos en los míos mirándome con desesperación

-Mira yo lo siento mucho. Veo que saca un paquete de tabaco de su bolsillo y seguidamente un cigarro de este -Pero necesito fumar como el aire que respiro. Vuelve a hablar y tras colocar el cigarro entre sus labios, lo enciende con un mechero, para segundos después guardarlo al igual que la caja -Estas situaciones de mierda me superan

-No pasa nada mi amor, fuma tranquilo

Él no dice nada más, solamente se limita a darle largas caladas al cigarrillo mirando al infinito

Lo observo mientras lo hace y no podría estar más jodidamente sexy en este instante

-¿Que pasa bonita?. Me mira al notarlo -¿Tengo monos en la cara o algo?. Ríe ya que no le quito los ojos de encima

-No, es que estás simplemente precioso ahora mismo, te ves tan sexy con el cigarro en la boca. Suspiro tímida

-Te como la cara. Agarra mis mejillas tras tirar el cigarro al suelo cuando está completamente consumido -Espera, mejor no te beso ahora, me debe saber la boca fatal. Se separa ligeramente de mi

-Ni de coña. Agarro rápidamente la manga de su chaqueta volviéndonos a acercar -Tú me vas a besar, ya

Ríe por mi clara exigencia y lo hace, me besa lenta y apasionadamente dejándome notar el sabor del tabaco en sus labios, no es lo más agradable del mundo pero por un beso suyo todo lo demás deja de importar

-Ay mi chiquita. Susurra cuando nos separamos y me abraza con fuerza

-¿Estas ya más calmado?. Lo abrazo de la misma forma